¿Quién dice la verdad?
La cancelación de un encuentro entre el ministro de Relaciones Exteriores checo, Jan Kavan, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, que debía haberse realizado el sábado en Ramala, provoca posturas contradictorias entre los políticos checos. Mientras el jefe de la diplomacia culpa al primer ministro Milos Zeman de prohibir el encuentro, este senala que en la agenda de la visita de Kavan a Medio Oriente no figuraba ninguna reunión con Arafat.
Este lunes el primer ministro checo negó haberle prohibido a Kavan su reunión con Arafat. "Tomamos en cuenta las recomendaciones del viceministro de Exteriores, Pavel Vosalik, de que no era adecuado que la reunión se efectuara", explicó Zeman.
Por su parte, el ministro Kavan senaló que el encuentro había sido programado con antelación y que si no se materializó fue por culpa de Zeman. "El primer ministro me pidió que fuera congruente con la política exterior checa, argumentando que durante su reciente viaje a la región, tampoco se entrevistó con Arafat", dijo Kavan.Según algunos de los periodistas que acompanaron en su viaje al ministro Kavan, el encuentro con el líder palestino figuraba en el programa que recibieron previamente. Ese punto fue supuestamente eliminado a último momento y el propio Kavan debió anunciar el cambio el sábado en Israel. Tal fue el malestar de Kavan que, según fuentes diplomáticas, en un momento Kavan pensó dimitir a su cargo por ver que el jefe del Gobierno había alterado su visita a Medio Oriente.
Lo que si es seguro y se escapa a todo tipo de especulaciones es que la reunión entre el jefe de la diplomacia checa y el líder palestino no se efectuó. Ello según los analistas carece de equilibrio: durante su visita a Medio Oriente, Jan Kavan mantuvo conversaciones en Jerusalén con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, para tratar sobre la cooperación económica y la situación en esa región.