¿Qué deseas tomar, café o té?

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El té y el café son las bebidas tradicionales de los checos. Mientras unos aseguran que el té venía siendo la bebida no alcohólica por excelencia, otros defienden el café. No obstante, con el correr del tiempo estas bebidas se vuelven más sofisticadas.

Resulta imposible decir con exactitud cuántas cafeterías hay en la capital checa. Existe una tradición muy importante de la época de la Primera República cuando las cafeterías eran un importantísimo lugar de reunión de intelectuales.

Para deleite del visitante todavía podemos encontrar en Praga antiguas cafeterías donde el cliente puede pedir el diario para leerlo de cabo a rabo acompañado de una buena taza de café.

En las cafeterías estilo vienés, situadas por ejemplo en algunos de los hoteles tradicionales de la capital, ameniza un músico en directo, ya sea con piano, violín o acordeón.

En invierno, el ambiente decadente y cargado de humo de las cafeterías sigue siendo un refugio excelente, y en la primavera y verano las mesitas en las terrazas ofrecen un lugar ideal para... "ver y ser visto", al tiempo que se comparte con los amigos.

Los tiempos cambian, y al lado de las nostálgicas cafeterías tradicionales surgen modernos templos del café. Con interiores de colores vivos y superficies estériles ofrecen a los bebedores de café una experiencia diferente.

Los más exigentes pueden escoger café de Costa Rica, Colombia o Brasil, así como buenas mezclas africanas. La moda recomienda pedir Café Latte, Macchiato, con caramelo, mocacino, menta, frappucino, descafeinado, etc.

La repostería tradicional, con aquellos pasteles barrocos cargados de crema luchan en las cafeterías tradicionales con las "cookies", pasteles de miel, pasteles de queso y novedades de fabricación industrial. Katerina, una joven vecina de Praga nos confiesa que ella es fiel al café tradicional.

"Prefiero beber café turco, resulta un tanto extraño, pero es el que más que gusta, a pesar de la gran variedad que se ofrece ahora. Visito una cafetería pequeña, tranquila y acompaño el café con un cigarrillo".

Los cambios socioeconómicos de los últimos 15 años han significado también la introducción de nuevas maneras de beber café. Antes en la República Checa se bebía el mal llamado café turco, que simplemente era poner el café molido directamente en la taza para luego vertir agua hirviendo.

Vasek, también vecino de Praga sigue el ritmo de la moda y da prioridad a la oferta más nueva.

"Lo que más me gusta es el café recién molido y preparado al estilo italiano, en una taza pequeña, fuerte, sin leche y sin azúcar...una maravilla"

Antaño, en muchas familias se bebía café sobretodo los domingos en casa, después del almuerzo, o en las cafeterías que mencionábamos era un pequeño ritual; ahora se bebe café a cualquier hora, prácticamente en cualquier lugar y de todas las maneras conocidas en cualquier parte del mundo. Desde el café de máquina en lugares públicos, hasta el café más sofisticado en una cafetería o restaurante de lujo. Como es el caso de Stepanka.

"Me encanta beber café en restaurantes o cafeterías, porque lo preparan muy bien, en casa no soy capaz de hacerme un buen café expresso como el de la cafetería!"

Algo similar ha ocurrido con el té. Prácticamente desapareció el tradicional té de Georgia, en su lugar se pueden beber excelentes tés de China, La India o Japón. Los salones de té son oasis de paz y tranquilidad, a los que acude gente de todas las edades para alejarse del mundanal ruido y hacer un alto en el camino.

Tés verdes, negros, blancos, amarillos, de hierbas, frutas, de todas y de las mejores calidades se pueden beber en los diversos salones de té que abundan en la capital checa y que surgen también en diferentes partes del país.

Además de diversos tés e infusiones, en la República Checa se ha puesto muy, pero muy de moda el mate, pero esa es otra historia...para otro momento amigos.

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