Petr Hapka, el maestro checo de la balada
El autor de numerosas canciones inmortales, Petr Hapka, celebraría este 13 de mayo, su 80 cumpleaños. Varios intérpretes siguen teniendo en su repertorio piezas de este fenomenal compositor fallecido hace 10 años.
La felicidad es una cosa hermosa, De lavanda, Miro que miro y Con una mujer ajena en un habitación ajena. Esos son los títulos de algunas de las canciones que son muy conocidas entre los seguidores de la música checa.
Petr Josef Lehár, que era el nombre real de Hapka, nació el 13 de mayo de 1944 en Praga. Su padre era pintor académico, mientras que su madre era cantante de opereta. Así, Hapka, desde pequeño tocaba el piano a diario y más tarde la viola, lo que al principio no le gustaba nada, según recordaba. De joven comenzó a estudiar en el conservatorio, pero lo echaron porque empezó a ganarse la vida com pianista de bar. Hapka siempre llevó una vida bohemia, y era conocida su afición por las mujeres y las motos.
Escribió sus primeras canciones para los grandes cantantes del panorama nacional como Karel Gott y Hana Hegerová. Además, comenzó a componer música para teatro y conoció al director y guinista eslovaco Juraj Herz, con el que colaboró durante más de veinte años.
En 1984, le mostró sus letras Michal Horáček. Con él comenzó de inmediato una trayectoria muy fructífera que arrancó tras el éxito de la canción Un invitado malévolo en interpretación de la gran voz de Hana Hegerová. A partir de ahí, el dúo lanzó un montón de melodías que los checos siguen cantando hasta el día de hoy.
Hapka solía componer siempre después de medianoche, cuando se le ocurrían las mejores cosas, según resaltaba. Más tarde se trasladó a una casa situada cerca de Praga, donde creó un pequeño estudio, era un excelente compositor para otros, pero también interpretó algunos de sus éxitos.
Padre de siete hijos, falleció el 25 de noviembre de 2014.
