Pentagram Chile: “El metal también contribuyó al cambio en Chile”

Pentagram Chile, foto: Dominika Bernáthová

La banda pionera del metal chileno, Pentagram Chile, trajo este lunes su sonido extremo a la capital checa. Radio Praga charló con su líder, Anton Reisenegger, acerca del arduo destino de la escena metalera chilena en la época de la dictadura militar, la evolución de este género en las últimas tres décadas, y también de la sinuosa trayectoria de este grupo culto de metal extremo.

Pentagram Chile,  foto: Dominika Bernáthová
En el club praguense Modrá Vopice sonaron este lunes los temas más exitosos de Pentagram Chile, la leyenda de metal que el 28 de diciembre celebrará el trigésimo aniversario de su primer concierto.

El líder y la voz de la banda, Anton Reisenegger, recordó para Radio Praga las dificultades que en los años ochenta deparaba la dictadura militar en Chile para llevar el metal a los escenarios. Una situación semejante a la de la Checoslovaquia comunista, donde la Policía también interrumpía conciertos de underground y perseguía a personas por el simple hecho de llevar pelo largo.

“Chile no estaba listo para esta expresión musical y social”

En aquel entonces apareció en la prensa chilena también una inmensa campaña contra el movimiento del metal, y no solo en los diarios oficialistas, apunta Anton.

“Incluso en la prensa de oposición, que fue lo que más me dolió a mí. Decían que éramos satánicos, pandilleros, drogadictos, o sea, no quedaba nada más por decir. Sencillamente, yo creo que el país en ese momento no estaba listo para este tipo de expresión musical y social. Pero al mismo tiempo pienso que con eso contribuimos también al cambio que hubo en Chile, de que la gente se diera cuenta de que había más que Iglesia, Policía y el Gobierno militar, que había en ese tiempo.”

Anton agrega una de las numerosas anécdotas de los enfrentamientos con la Policía del régimen militar de Augusto Pinochet.

“Después de uno de los conciertos andábamos en la camioneta de un amigo y nos paró la Policía. Atrás teníamos con un telón con el logo de la banda. Nos hicieron abrirlo en plena calle y lo miraban, preguntado qué partido político era este”.

A pesar de la represión y la mala publicidad por parte de las autoridades chilenas, Pentagram Chile logró darse a conocer, conviertiéndose en un grupo de culto de la escena metalera chilena.

“Fue sin sonar en la radio, sin salir en la prensa, salvo por estas excepciones que hablaban mal de nosotros. Todo eso fue totalmente subterráneo, o sea, un amigo le decía al otro. Se compartían revistas caseras, fanzines, la gente se enteraba de los conciertos... También había que salir en la noche a pegar carteles con el peligro de que te paraba la Policía y te hacía problemas”.

“El público chileno escupía a las bandas, aunque les gustaran”

La presión política, familiar y escolar, las negativas vistas de poder llevar su música más allá de Chile, así como el extraño comportamiento de los metaleros en aquel entonces, fueron algunas de las gotas que finalmente derramaron el vaso, y contribuyeron a que la banda acabara en 1988 desarmada.

Anton Reissenegger,  foto: Dominika Bernáthová
“En esa época ir a un país europeo era otra cosa. Para comprar un pasaje era muchísimo dinero, las comunicaciones no eran como son ahora. Eso también contribuyó a que nos sentíamos muy aislados en Chile. También por último hay que mencionar que el público chileno tenía una costumbre muy desagradable de escupir a las bandas. Les gustaran o no, escupían a todas. Es una cosa que al final dices: -no estoy haciendo música para que me escupan”.

La banda volvió a pisar el escenario en 2009 como invitados al festival más grande de heavy metal, Wacken Open Air, en Alemania. La buena química que hubo entre los integrantes después de tantos años los impulsó a resucitar el legado de la banda, viajar y realizar actividades que hubieran sido imposibles en los años ochenta. En 2013, la banda lanzó su primer disco de estudio 'The Malefice'.

Desde los años ochenta el público metalero ha experimetado varias tendencias, pero más de las de moda que las musicales, apunta Anton.

“La constante es que la gente considera que los años ochenta fueron como la época dorada del metal, donde se crearon los mejores discos y hubo una verdadera revolución. Ahora a mí me molesta un poco que el público, los metaleros de hoy, sea tan poco reaccionarios, muy reticentes al cambio, que las cosas sigan tal como están siempre, y que no se pueden mezclar estilos, ni intentar innovar. Esto no va con mi mentalidad. Creo que tampoco con la de ningún artista de verdad”.

A pesar de ello, Anton reconoce que el metal actualmente pasa por un buen momento. Al mismo tiempo afirma que en Chile hay numerosos talentos de este género, pero la preferencia del público por bandas estadounidenses y europeas les complica llenar las salas.

“Nunca hemos sido satánicos”

El signo del pentagramo, que protagoniza el nombre de la banda, tiene varias interpretaciones. Anton explica que surgió más bien como un asunto estético, inspirado en los códigos de las exitosas bandas de la época. “En ese tiempo uno quería ser como Venom, Slayer, Posssesed o Kreator. En el fondo, aún se supone que el pentagrama es una estrella de Satán, nosotros nunca hemos sido satánicos por convicción. Teníamos un rollo más filosófico. Diría que era una cosa más estética. Al mismo tiempo siempre nos llama la atención el lado oscuro, porque creemos que cada persona tiene un lado de claridad y de oscuridad. Sacar fuera el lado oscuro va también relacionado con una parte estética. Creo que es importante para ser una persona más tranquila y equilibrada”.

Tras terminar la gira por europa en Hamburgo, Pentagram Chile se empeñará en acabar su LP, con nuevos temas y con un redescubierto tema grabado en 1985. Asimismo preparan un cover sorpresa y en breve pondrán en marcha los preparativos para sacar su segundo disco.