Palacio neogótico de Chyse
En esta edición visitaremos el palacio neogótico de Chyse, Bohemia Occidental. Nos acompañará su propietario, Vladimír Lazanský.
Desde 1766, el palacio de Chyse es poseído por la estirpe aristocrática checa de los Lazanský; el último en la línea genealógica, Vladimír, lo administra desde 1996.
El nombre del palacio y de la aldea adyacente, "Chyse", significa en español "cabaña" y Vladimír Lazanský explica que se remonta al siglo ocho después de Cristo, cuando el territorio checo era poblado por numerosas tribus.
"Por aquél entonces, una tribu quería cruzar el río Strela que pasa por aquí, pero no podía porque el río estaba desbordado. Por ello la tribu tuvo que esperar hasta que el río volviera a sus cauces para proseguir en su viaje. Mientras tanto, se asentó en una cercana colina construyendo cabañas provisorias. Le gustó el lugar y por lo tanto, cuando el río bajó, lo cruzó y en la orilla opuesta fundó su sede permanente, poniéndole el nombre de "cabaña", "Chyse".
Refiriéndose a su estirpe, Vladimír Lazanský señala que es una de las viejas familias aristocráticas de origen netamente checo; la primera mención escrita de su existencia data de la primera mitad del siglo XVI. Lazanský subraya que sus antepasados siempre han defendido los intereses de la nación checa, figurando desde principios del siglo XIX entre los aristócratas partidarios del Renacimiento nacional. Agrega, no obstante, que en cada familia hay excepciones."El palacio Chyse fue confiscado en 1945 al último propietario, Prokop IV, quien, tras casarse en 1933 con la condesa alemana von Konikswald, vendió su otro palacio en Praga, interrumpiendo así contactos con la comunidad checa. Desde entonces residía solamente en Chyse, en los Sudetes, regiones fronterizas checas donde vivía una fuerte minoría alemana y que en 1938 fueron incorporadas al Tercer Reich. Y como Prokop IV Lazanský recibió la ciudadanía alemana, sus bienes le fueron expropiados después de la Segunda Guerra Mundial y él abandonó el país en 1946".
Es por ello que tras el fin del comunismo en Checoslovaquia en 1989, las dos hijas del último propietario, que viven en Gran Bretaña, no pudieron pedir al Estado que su propiedad les fuera restituida. Al final compró el palacio de Chyse Vladimír Lazanský, procedente de otra descendencia de la estirpe que después de la toma del poder por los comunistas en 1948 no emigró.
"Bajo el antiguo régimen comunista, el palacio fue perseguido por desdicha. Sirvió como escuela secundaria agraria, luego como centro de recreo para escolares y, después del año 1978, fue dejado a su propio destino, dejado a merced de ladrones y vándalos. En 1989, pocos meses antes de la Revolución de Terciopelo, una empresa estatal compró Chyse con el fin de hacer de él un hotel de lujo. Su plan fracasó y en 1996 nos lo vendió".Vladimír Lazanský precisa que el palacio estaba en estado ruinoso, sin techos, energía eléctrica y desconectado del alcantarillado municipal. Las reparaciones han costado hasta el presente unas 400 millones de coronas, más de trece millones de euros.
"Financiamos las reparaciones de nuestras actividades empresariales en las finanzas, el turismo, etc. Recibimos también más de ocho millones de coronas, unos 300 mil euros, como ayuda financiera del Estado porque el palacio es uno de los monumentos culturales que figuran en la lista de la Riqueza Arquitectónica de la República Checa. Desde 1999, el palacio de Chyse está abierto al público".
Vladimír Lazanský enfatiza que los visitantes pueden ver adentro sobre todo una exposición que recuerda la estadía de Karel Capek, el escritor checo de la primera mitad del siglo XX. En marzo de 1917, el joven Capek aceptó la oferta del conde Lazanský de trabajar como preceptor de su hijo de trece años. Los Lazanský residían por aquél entonces en Praga, pero solían pasar el verano en el palacio de Chyse.Karel Capek pasó en Chyse cinco meses y más tarde confesó no haberle gustado su estadía en el palacio porque su pupilo era un chico bastante travieso que requería más tiempo del que se podía soportar. Pese a ello, fue precisamente la estadía en Chyse la que influyó fuertemente sobre la obra de Karel Capek.
"Las huellas más profundas de su estancia aquí palpitan en la novela Krakatit que narra la historia de un joven ingeniero que inventa un arma poderosa que no sería utilizada para el bien de la Humanidad sino de la que abusarían los militaristas deseosos de dominar el mundo. Una gran explosión en una fábrica de armamentos de la cercana aldea de Bolevec que se produjo en mayo de 1917 le sirvió a Capek de ejemplo para narrar la destructiva explosión con la que culmina la novela. La trama de la novela Krakatit se desarrolla además en un palacio muy parecido al de Chyse".
Vladimír Lazanský señala que Karel Capek se dejó inspirar en el palacio de Chyse también en su novela "Cosa Makropulos"."Según una de las leyendas vinculadas al palacio, vivió aquí antaño una condesa de Lazanský que no quería envejecer y por ello tomó un elixir de larga vida. Y la novela "Cosa Makropulos" es precisamente sobre ello: una bella artista toma elixir de larga vida y pasa por siglos aburrida y deseosa de morir".
Las reparaciones del palacio continúan, en la actualidad se renueva la primera planta y este verano debería terminar la reconstrucción del parque adyacente que siempre fue orgullo de los Lazanský, destacando por preciosas colecciones de orquídeas, cactos y rododendros.
Vladimír Lazanský agrega que ha reanudado además la tradición de conciertos de música clásica y piensa en organizar en el palacio también exposiciones y otros programas culturales.
"Hemos logrado rehabilitar el palacio desde el punto de vista de construcción; ahora lo importante es rehabilitarlo desde el punto de vista cultural para que vuelva a cumplir la tarea que en la era de mis antepasados siempre cumplía: ser el centro cultural y educacional de la región. Cuidar del palacio es un gran reto para mí y un gran compromiso para mi hijo. Yo compré el palacio y lo renové, mi hijo deberá mantenerlo, ésta es la prioridad de los valores que rigen en nuestra familia y a la que sacrificamos nuestra energía, dinero y tiempo", dijo en esta edición de "Radioviajes" Vladimír Lazanský, propietario del palacio de Chyse.