Paisajes duros, austeros y minimalistas, el mundo según Tomáš Bican
El título de la última exposición del fotógrafo checo Tomáš Bican, ‘¡Paisaje!’ (‘Krajina!’), podría remitir a escenas clásicas de colinas, prados y montañas. Pero la fotografía de Bican explora, por el contrario, un universo crudo, en blanco y negro, tomando como base elementos urbanos de grandes ciudades de todo el mundo.
Se trata de doce fotografías en blanco y negro a gran formato complementadas con instalaciones y proyecciones audiovisuales en las que fotos y animaciones se alternan al ritmo de la música. Las instantáneas recogen el periplo de Bican por medio mundo: Varsovia, Brasilia, Beranés, Manaos... pero no se trata, ni mucho menos de fotografía documental.
Estamos hablando de imágenes que el propio autor define como minimalistas, caracterizadas por su pobreza de elementos y la sensación de soledad y melancolía que expresan.
“Creo que lo más importante es que la foto, o la obra de arte, funcione de alguna manera. Que cuando uno lo mire le diga algo. En este caso he escogido fotos que armonizan bien unas con otras y que comparten el hecho de ser minimalistas. Hay solo blanco y negro, pasadas un poquito por Photoshop. No están muy reelaboradas, solo lo necesario para aumentar el contraste y que funcionen mejor”.La abstracción de las imágenes, la ausencia de rostros y la poca presencia de elementos costumbristas o exóticos confunde sitios y escenarios, convirtiendo en intercambiables Brasil y la India, Rotterdam o Varsovia. Se trata de una mirada sobria que precisamente ha encontrado en los países en vías de desarrollo el escenario adecuado para desarrollar su estilo.
“Hace ya mucho tiempo que no hago fotos de Praga. El centro histórico ya lo fotografié mucho en los años noventa, luego dejó de interesarme y empecé a fijarme en la periferia. Después empezó también a no decirme nada. En el Tercer Mundo puedo hacer fotos de forma más sencilla. Hay zonas desiertas, y paisajes más simples. En Europa hay demasiados elementos y demasiada actividad para mis fotos”, opinó el fotógrafo.
Tomáš Bican comenzó su actividad como fotógrafo vendiendo su trabajo a los turistas en el Puente de Carlos. Su buen hacer le llevó en 2006 a ganar el Czech Press Photo y Praga Fotográfica (Praha Fotografiscká) con su proyecto ‘Ciudad’ (‘Město’), dedicado a la capital checa.La muestra también pone a disposición del público los anteriores trabajos de Bican en formato álbum, por donde desfilan Praga, Mongolia, Marruecos y Argentina en forma de escenas desoladoras, elementos arquitectónicos ruinosos, cables eléctricos, graffitis, señales de tráfico, desiertos y edificios tragados por la bruma.
Todo esto ha llegado, sin embargo, a su final. Bican reconoce estar agotado del estilo al que se ha consagrado en los últimos 15 años y empieza a plantearse un giro en su vida profesional. Eso sí, dentro de la fotografía.
“Ahora estoy pensando mucho sobre mi futuro. Por el momento me estoy tomando una pausa. Estoy esperando un hijo, y me tendré que dedicar a otras cosas. Quiero seguir en la fotografía, pero ya no blanco y negro y todo eso. Me gustaría hacer fotografía de estudio, me gustaría probar con la moda. Aunque ya hace casi diez años que la vengo probando. No sé por dónde voy a continuar”, concluyó.
Bican nació en Praga en 1973 y en 1996 se licenció en la Escuela de Fotografía de Praga. Desde ese momento trabajó como fotógrafo freelance, haciendo evolucionar su estilo a medida que iba cambiando de cámara, o mejor dicho, al mismo tiempo que perdía o le robaban su aparato.Así, desde su primera cámara con película cinematográfica, de alta sensibilidad, a las panorámicas de su posterior Noblex o su último aparato de formato medio Hasselblad. Cuando se lo robaron, hace un año, Bican decidió que, de momento, no se compraría uno nuevo.