Otro monumento checo figura en la lista del Patrimonio de la Humanidad
La República Checa se enorgullece de tener ya diez monumentos incluidos por la UNESCO en la lista del Patrimonio de la Humanidad. De completar la decena se encargó ayer jueves la Columna de la Santísima Trinidad sita en la ciudad morava de Olomouc.
Se trata del mayor grupo escultórico barroco de toda Europa Central: la Columna de la Santísima Trinidad que desde el año 1754 engalana la Plaza de Arriba de la ciudad morava de Olomouc. La decisión de incluir este magnífico monumento barroco en la lista del Patrimonio de la Humanidad fue tomada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -UNESCO- en su pleno celebrado ayer jueves en la ciudad australiana de Cairns.
La decoración escultórica de la Columna de la Santísima Trinidad la integran tres grupos superpuestos de seis esculturas de santos cada uno, entre los que destacan las imágenes de San José, San Juan Bautista, San Cirilo, San Metodio y San Juan Sarkander, aunque todavía no canonizado en la época en que fue construida la columna. La base del monumento tiene la forma de una capilla, y sobre ésta, en dos grupos superpuestos, figuran esculturas de los 12 apóstoles. En el extremo superior de la columna destaca un monumental grupo escultórico de la Santísima Trinidad.
La unicidad de la columna no radica sólo en la magnificencia de su decoración ecultórica, sino también en el hecho de que deba su origen a la iniciativa privada de un burgués de la ciudad de Olomouc: el pedrero Václav Render. A la construcción de la Columna de la Santísima Trinidad en la Plaza de Arriba de Olomouc, Render dedicó todos sus ahorros, y cuando falleció en 1733 la municipalidad se hizo cargo de la financiación de la última parte de la obra.
La ceremonia de consagración de la Columna de la Santísima Trinidad, efectuada en Olomouc el 9 de septiembre de 1754, fue todo un acontecimiento en el Reino de Bohemia de entonces, y a la misma asistió hasta la propia emperatriz María Teresa de Austria con su esposo Francisco de Lorena.
La inclusión en la lista del Patrimonio de la Humanidad redunda, en la mayoría de los casos, en un incremento del interés de los turistas por el monumento en cuestión, sea éste natural, técnico, histórico o arquitectónico. A ello contribuye también en gran medida el hecho de que la UNESCO publique anualmente un mapa con las nuevas localidades u objetos incorporados a la lista del Patrimonio de la Humanidad. Y de confirmar lo dicho se encarga la ciudad checa de Ceský Krumlov, que desde 1992, cuando pasara a gozar del estatuto de Ciudad Museo, ha visto multiplicar por 12 su número de visitantes.