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Discurso de Año Nuevo del presidente de la República, Václav Havel
El presidente de la República Checa, Václav Havel, pronunció este miércoles, en la televisión y la radio públicas del país, su tradicional discurso de Año Nuevo.
El mandatario checo empezó su discurso constatando que este miércoles se han cumplido diez años desde el surgimiento de la República Checa como consecuencia de la partición de la Federación Checoslovaca.
Havel destacó que la división de Checoslovaquia transcurrió sin violencia y conflictos, hecho recibido con alivio y respeto por el mundo. Lamentó, no obstante, que de una cosa tan transcendental, como es el ocaso de un Estado, no hayan decidido los ciudadanos en un referéndum.
"Pese a ello, cuando miro hacia atrás, veo que fue bueno lo que pasó", matizó el presidente checo.
"La mayoría de las naciones debe vivir probablemente cierto tiempo en su propio Estado independiente para ser capaz de cooperar más tarde con las demás. Hoy, los checos y los eslovacos están más cerca que antes. No existe entre ellos amargura y les unen fines comunes: participar plenamente en los procesos integradores mundiales y europeos".
El presidente Havel se refirió a lo bueno y a lo malo que la República Checa vivió durante los diez años de su existencia.
"En la actualidad somos una democracia europea digna de confianza y respeto que políticos, empresarios, artistas y turistas extranjeros visitan con gusto; es un país miembro de muchas organizaciones internacionales importantes y destaca por su gran estabilidad interna".
Havel se refirió explícitamente a la membresía checa en la Alianza Noratlántica que hace que el Estado checo goce de la mayor seguridad a lo largo de toda su historia.
El presidente señaló que el año que acaba de terminar, se grabará en la memoria de la nación checa por varios acontecimientos inolvidables.
"El año pasado fue el año en el que la Alianza Noratlántica se reunió por primera vez al otro lado de la "Cortina de Hierro", en Praga. Con ello la capital checa volvió a adquirir la autoridad de una ciudad en la que se escribe la Historia".
Václav Havel recordó que en el 2002 fue coronado con éxito el esfuerzo checo por ingresar en la Unión Europea.
"Gracias a esto, tenemos el privilegio de participar en el históricamente primer intento de Europa de cimentar su orden en los principios de igualdad y de valores comunes".
Sin embargo, el año pasado trajo también una profunda tragedia: las devastadoras inundaciones. El mandatario checo agradeció a todos los que salvaron vidas y bienes, así como a los que ayudaron a superar las consecuencias de las riadas.
"Las inundaciones han mostrado algo muy importante: una gran fuerza de solidaridad, que en momentos difíciles sabemos cooperar estrechamente y ayudarnos. En la sociedad checa hay una fuerte inclinación y voluntad por los buenos actos".
Fue el decimotercero y a la vez el último discurso de Año Nuevo pronunciado por Václav Havel como presidente de la República Checa. Su mandato termina a principios de febrero.
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Festejos de Nochevieja transcurrieron en Praga sin problemas
Los festejos de la Nochevieja transcurrieron en Praga sin graves incidentes y heridas. Los médicos atendieron sobre todo a la gente que ingería excesivamente bebidas alcohólicas, así como a los que se hirieron al manipular con fuegos artificiales.
La capital checa ofreció a los habitantes y visitantes un rico abanico de posibilidades de cómo despedirse del año viejo. El mayor número de personas se reunió tradicionalmente en la Plaza de la Ciudad Vieja. En el escenario con música en vivo se convirtió la estación del metro Námestí Republiky, que no funciona desde las inundaciones de agosto. Los aficionados a la música clásica, al teatro y a la ópera pudieron aprovechar una amplia oferta de funciones; por ejemplo, el Teatro de la Ópera Estatal ofreció, como todos los años, la función de "El Murciélago", de Johann Strauss.
Scouts checos saludaron el Año Nuevo en Tailandia
La delegación de scouts checa saludó el Año Nuevo en Tailandia donde participa en la vigésima edición del jamboree, reunión que para el escutismo significa lo que para el deporte son los Juegos Olímpicos. Para la Nochevieja, los setenta scouts checos prepararon para los demás 25 mil participantes una degustación de platos típicos de su país, sobre todo de los dulces navideños, así como muestras de su arte de lazar.