“El judaísmo es normal, no es nada extraordinario”, dice la primera rabina checa
Kamila Kopřivová es la primera checa a la que le fue otorgada la ordenación rabínica. Su labor, sin embargo, no la ejerce en Chequia sino en la comunidad progresiva de Westminster en Londres.
Kamila Kopřivová ganó popularidad en las redes sociales bajo el apodo de “Rabina en entrenamiento”. Después de convertirse al judaísmo, estudiar durante cuatro años parcialmente en la universidad y parcialmente en el seminario rabínico en las ciudades de Berlín, Londres y Jerusalén, Kopřivová recibió hace dos semanas la ordenación rabínica, convirtiéndose en la primera rabina checa y la rabina adjunta de la Sinagoga de Westminster en Londres.
Según dijo a la Radio Checa, emprendió sus estudios por su propia cuenta, sin el respaldo de alguna comunidad en concreto por lo que tuvo que buscarse un trabajo. Por casualidad lo encontró en la comunidad británica que alberga rollos de Torá checos que fueron mandados de Praga a Londres después de la Segunda Guerra Mundial.
“Conocí al rabino Benji Stanley, el primer rabino de la comunidad, cuando estudié en Jerusalén. A mí me impresionó que fuera el rabino de la Sinagoga de Westminster porque para nosotros en Chequia es muy conocida porque alberga 1500 rollos de Torá checos. Le pregunté si podía venir a visitarlo y aprender con él. Desde entonces colaboramos y cuando empezaron a buscar a un segundo rabino, me interesé por el trabajo y todo terminó bien para mí, me fue concedido”.
La comunidad judía de Westminster desde siempre tuvo un solo rabino, no obstante, debido a su brusco crecimiento hasta unas mil personas, surgió la necesidad de dividir el trabajo entre dos rabinos. Kopřivová, por lo tanto, se encarga de dirigir misas, rituales vinculados al ciclo de la vida como bar o bat mitzvah y la boda, enseñar a personas de todas las edades y hasta participar en proyectos caritativos fuera de la comunidad. Siendo mujer, sin embargo, esta labor la puede ejercer fácilmente solo por el hecho de pertenecer a una comunidad progresiva que, en comparación con la corriente ortodoxa o ultraortodoxa, reivindica mucho más la igualdad entre el hombre y la mujer.
“Creo que el esfuerzo por la igualdad entre el hombre y la mujer es uno de los objetivos más importantes del judaísmo en los últimos 50 años. Pienso que no existe comunidad que no esté influenciada por esta tendencia o que no tenga que lidiar con ella. Como rabina me siento feminista. El judaísmo progresivo antepone los valores a la práctica religiosa. Estos valores son la vida de la comunidad, la moral, el esfuerzo por mejorar el mundo, nuestras relaciones, vivir en harmonía con la naturaleza y la gente”.
Kamila Kopřivová trabaja para su comunidad judía y también “populariza” el judaísmo entre el público checo. Prueba de ello es su mencionado perfil “Rabina en entrenamiento” que ganó mucha popularidad. Kopřivová lo atribuye a la curiosidad de los checos por lo diferente, exótico de lo que quieren saber más. A su vez, añade que la propia comunidad judía no tiene interés en ser percibida como algo distinto, que los judíos viven vidas normales y corrientes.
“Los checos, realmente, se interesan mucho por el judaísmo. Es algo que no conocen y quieren saber más. El judaísmo en nuestro país tiene facetas de exotismo. No es que la gente quiera practicar y que crea, pero el judaísmo falta en Chequia como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y la gente se siente fascinada. Los judíos no queremos ser percibidos como algo extraño, extraordinario, vivimos nuestras vidas normales y corrientes. Para mí es muy importante explicar que el judaísmo es normal, no es nada extraordinario y no hay que entenderlo así”.
Al mismo tiempo que las redes sociales reflejan la curiosidad del público, también revelan el antisemitismo que siempre está presente, dice Kopřivová que algunas veces se ha encontrado con expresiones muy fuertes de odio. “No es ningún secreto que el antisemitismo en Europa gana terreno, pero tenemos que hablar sobre ello y establecer qué es aceptable y qué es inaceptable pronunciar en el discurso público. A mucha gente no se le puede explicar eso pero hay muchos otros que están preparados a escuchar”, concluye.