¿Pagar con una sonrisa en Chequia? “Quizá no quede tanto”
Los métodos de pago podrían alcanzar en los próximos años nuevas fronteras cada vez más sofisticadas como el uso de la biometría, afirman expertos checos.
La digitalización de los pagos es un fenómeno al alza. El desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido que actualmente sea posible hacerlo a través de soportes como tarjetas de crédito, teléfonos móviles o relojes inteligentes. Con todo, los expertos ya hablan de que esto podría ir todavía más allá con un elemento clave: la biometría, esto es, el estudio de rasgos y características físicas y biológicas para la identificación de las personas.
En este sentido, Mastercard, incluso, ya está testeando la capacidad de pagar con una sonrisa en América Latina.
"No creo que el momento en que podamos probarlo aquí esté lejos", afirma Michal Čarný, director de Mastercard para Chequia y Eslovaquia, en declaraciones para la edición checa de Forbes quien, por ejemplo, ya utiliza un anillo para efectuar pagos.
Con todo, tal y como señala el propio Čarný, se prevé que los formatos para realizar pagos puedan multiplicarse hasta alcanzar límites casi insospechados.
“Poco a poco se podrá pagar realmente con todo lo que nos rodea, no importa si es un sombrero o una chaqueta”, afirmó Čarný.
De igual forma, estas aplicaciones tecnológicas no solo afectarán a los métodos de pago, cada vez más sofisticados, y a los clientes, sino que también resultarán decisivas para los pequeños y medianos empresarios.
“En los próximos tres años, digitalizaremos especialmente las necesidades prácticas de los emprendedores, como los servicios bancarios asociados a cuentas y préstamos. La digitalización también tendrá lugar en áreas que actualmente no forman parte del ecosistema de servicios bancarios, especialmente la contabilidad. Todo lo demás vendrá más despacio", dijo Martin Vakoč, director del segmento de pequeñas y medianas empresas de Raiffeisenbank, quien también analizó la digitalización y otros desafíos junto a Čarný para Forbes.
En este sentido, ambos coincidieron en destacar la dimensión práctica y la gran cantidad de aplicaciones que podría tener la digitalización para los emprendedores. Una encuesta conjunta de Raiffeisenbank y Mastercard, por ejemplo, señala que los propietarios de pequeñas empresas aún dedican seis horas y media cada semana a actividades que les impiden hacer negocios.