Chequia apoya una reforma de la ONU para evitar los vetos de Rusia en el Consejo de Seguridad
Muchos países criticaron en la Asamblea General de la ONU los bloqueos de Rusia al Consejo de Seguridad con su derecho a veto. Chequia se sumó a países como Estados Unidos o Ucrania que piden una reforma de su funcionamiento.
Desde la fundación de la ONU en 1946, la Unión Soviética primero y luego Rusia, es el país que más veces ha echado mano de su derecho a veto como miembro permanente del Consejo de Seguridad. Con la actual invasión a Ucrania, el malestar con esta cuestión no ha hecho sino incrementarse, pero no es algo nuevo, ya que los vetos de Moscú se habían multiplicado desde la ocupación de Crimea en 2014 y su participación en el conflicto de Siria.
Estados Unidos es uno de los países que propone cambios en el funcionamiento de la ONU y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, directamente pidió la expulsión de Rusia.
Chequia es otro de los estados que defienden modificaciones en el reglamento del Consejo de Seguridad, lo que comentó para la Radio Checa desde Nueva York el embajador checo en las Naciones Unidas, el exministro de Relaciones Exteriores, Jakub Kulhánek.
“Rusia debería dejar de usar el derecho a veto, lo que es, por supuesto, muy difícil de imaginar. Este debate sobre la reforma del Consejo de Seguridad es antiguo ya, pero se sigue hablando de si no se podría limitar de alguna forma si uno de los miembros permanentes está involucrado directamente en el conflicto militar en cuestión, lo que es evidentemente el caso de Rusia en Ucrania”.
El problema es que cualquier cambio en el Consejo de Seguridad debe ser aprobado de manera unánime por los cinco miembros permanentes con derecho a veto: China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, y en el caso de Rusia, no es nada probable que lo aceptara. La última reforma relevante en la institución se produjo hace más de medio siglo.
Tras la invasión a Ucrania en febrero, al menos se consiguió que el país que emplee su derecho a veto tenga que rendir cuentas ante todos los países de la Asamblea General. “No es la panacea”, como reconoce el propio Kulhánek, pero por lo menos así se genera mayor debate y ese Estado debe dar explicaciones, dice. En cualquier caso, asegura el embajador checo que el malestar contra el Kremlin es cada vez más patente en la comunidad internacional.
“Con lo que está haciendo Rusia en Ucrania, Moscú se ha salido voluntariamente de la comunidad diplomática civilizada de la ONU. Es algo que veo a diario, nadie habla mucho con los compañeros rusos. Desde luego, yo no me tomaría un café con un colega ruso. Pero incluso en los socios que sigue teniendo Rusia se empieza a ver cierto nerviosismo. Ellos también intentan presionar para que se termine el conflicto en Ucrania, aunque no lo digan abiertamente”.
La Asamblea General condenó mayoritariamente la invasión rusa de Ucrania poco después de que esta se produjera en febrero. Pero estas resoluciones no son vinculantes, por lo que, en la opinión de muchos, la ONU carece de fuerza y valor. Kulhánek, aun así, defiende su función.
“Por supuesto, esta frustración hasta la observo yo en cierta medida. Por otra parte, la ONU no es la Policía del mundo, no es una especie de gobierno mundial. La ONU es, ante todo, una plataforma para el diálogo y el debate de toda la comunidad internacional y que se intente buscar soluciones. Esto, claro está, es muy complicado. Hay 193 estados miembros que a menudo tienen distintas opiniones e intereses. Pero no tenemos nada mejor que la ONU”.
En la última sesión de la Asamblea General de la ONU, celebrada la semana pasada, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov defendió en una intervención muy criticada que su país no tuvo otra opción que invadir Ucrania para proteger su propia integridad. El presidente estadounidense, Joe Biden, acusó a Moscú de violar los principios fundamentales de la Organización de las Naciones Unidas.