Václav Solc admiraba a los indios
Vivir una aventura entre los indígenas de América ha sido el sueño de muchos de los que vivimos en la cuenca checa. Los cuentos y las novelas de Václav Solc, "Hijos de los cóndores" o "Envenenadores en el Titicaca", nos lo posibilitan sin que tengamos que levantarnos de la cama. No obstante, Václav Solc era ante todo etnólogo. Trabajó durante 34 años en el Museo Náprstek de Praga, del cual también fue director.
Así calificó a Václav Solc una de sus colaboradoras en el Museo Náprstek de Praga, la antropóloga Katerina Klápstová.
Václav Solc estudió antropología en la Universidad Laterana de Roma y etnografía en la Universidad Carolina de Praga. Sin embargo, el horizonte de sus intereses era mucho más amplio.
Coleccionaba armas antiguas. Se desempeñó activamente en el movimiento escultista, encabezando el décimooctavo batallón acuático. Con el doctor Scheufler elaboró una detallada documentación sobre la flotación de balsas por el río Vltava y sus afluentes.
A principios de su carrera científica Solc ayudó a fundar museos en Mongolia, China, Corea y Vietnam, pero su atención se centraba en los indígenas de América, especialmente de América del Sur, aunque tradujo también la obra del antropólogo estadounidense Lewis Henry Morgan.
Václav Solc viajó por primera vez a América del Sur en el año 1963, cumpliendo ya 44 años, según explicó Katerina Klápstová."La Universidad de Bolivia le permitió estudiar la vida de los indígenas en el lago Titicaca. Durante las investigaciones en el terreno Solc documentó la fabricación de botes de junco. Estos botes los examinaba también Thor Heyerdahl que desarrolló su teoría hipotética sobre las rutas migratorias de los indígenas en el Pacífico. Entre Heyerdahl y Solc surgió una amistad de toda la vida".
Durante la estancia en Bolivia Solc se dirigió asimismo a la zona de Cochabamba donde estudiaba la fabricación de cerámica. Después de regresar a Praga empezó a confeccionar un diccionario aimara.
Desde el año 1945 Solc trabajaba en el Museo Náprstek y en 1966 creó su primera exposición permanente, que consistía exclusivamente en colecciones checas. Mientras que Solc se encargó de la parte dedicada al continente americano, su colega, el joven oceanólogo Milan Stuchlík instauró la exposición de Australia.
En los años 1966 y 1967 Solc realizó su primera expedición a Chile, en la que participó también su colega alemán Peter Neumann, de Dresde.
"Comparaba la vida de los habitantes de las altas montañas con la de los habitantes de las llanuras. Así que investigó la comunidad aymará en las aldeas Chapiquiña y Enquelga al norte de Chile y los mapuches en la isla Huapi en el lago Budi, al sur", precisó la antropóloga Katerina Klápstová del Museo Náprstek de Praga.Gracias al intercambio cultural entre la Universidad de Santiago de Chile y la Universidad Carolina de Praga, Solc viajó a Chile varias veces, visitando entre otros lugares, Tierra de Fuego y el desierto de Atacama. Su cuarta estancia en Chile en 1973 fue interrumpida por el golpe de estado de Pinochet y Solc se vio obligado a abandonar el país para siempre.
En los próximos meses y años visitó Colombia, México y Perú. En estos países ya no buscaba objetos para las colecciones del Museo Náprstek, del cual se hizo director en 1973, sin embargo instruyó al entonces embajador checoslovaco en México, Josef Rutta, que según sus consejos compró y trasladó a Praga una gran colección de cerámica, máscaras y trajes mexicanos. El mismo Solc plasmó su experiencia en el país azteca en el libro de viajes "Por el México indio".
En 1979, a la edad de 60 años, Václav Solc se jubiló para poder dedicarse plenamente a la literatura. Falleció el 16 de julio de 1995. El material que reunió durante sus viajes a América Latina hoy día forma parte en gran medida de la exposición permanente del Museo Náprstek de Praga.