Jirina Jirásková - pequeña dama del teatro y cine checo
En la presente edición de "Personalidades checas" les ofrecemos el semblante de la actriz, Jirina Jirásková, quien sabe presentar su arte dramático tanto en las tablas como en la pantalla grande.
Jirina Jirásková es una clásica del arte dramático checo. Suele ser calificada como una actriz de comedias, pero su filmografía no lo testimonia en absoluto. Tras finalizar sus estudios, poco después de la Segunda Guerra Mundial, se trasladó de Praga a Hradec Králové, Bohemia Oriental, donde actuó un año con el elenco teatral local.
Sin embargo, pronto regresó a la capital checa y en 1951, a sus 20 años se unió al teatro de Vinohrady, considerado por muchos, incluso por la propia Jirina Jirásková, el mejor en toda la República Checa y no lo ha abandonado hasta el presente.
Durante más que 50 años interpretó muchos papeles que se grabaron en la mente del público. En los principios de su carrera artística encarnó a Anna Frank, y a principios del siglo XXI desempeñó el papel de Úrsula Buendía, en la adaptación teatral de la novela de Gabriel García Márquez, "Cien años de soledad".
Durante diez años trabajó como directora del teatro de Vinohrady, después de la Revolución de Terciopelo en 1989, época que coincide con las obras de teatro de mayor aceptación entre el público
El talento de Jirina Jirásková no se ha limitado solamente al teatro. En el cine debutó en 1953. Al principio solía interpretar personajes dramáticos, basándose en sus experiencias en el teatro. Su pequeña estatura no le impidió encarnar tampoco papeles de grandes personajes.Con el tiempo, Jirina Jirásková demostró sus dotes de actriz de comedia. Entre los papeles de este género domina el de la mujer que seduce a los hombres para luego robarles, en la comedia "Los hombres del mundo" del año 1969.
El polo opuesto de los roles cómicos lo representa la enfermera del campo en la película "Enfermeras", de 1983. En las últimas décadas Jirina Jirásková interpreta muy a menudo papeles de madres o abuelas, curtidas por la vida.
Jirina Jirásková, a pesar de su exitosa carrera en el el mundo dramático, se considera una actriz de comedias. Pero, según sostiene, no le gusta el humor presentado en las películas modernas, que se ha vuelto muy grosero para ella.
Tal como muchos artistas también Jirina Jirásková se vio enfrentada con el régimen comunista. En la época de la llamada normalización, en los años 70, a Jirina Jirásková le fue prohibido actuar en películas. Y en los años 80 se vio en apuros por protestar contra el encarcelamiento del futuro presidente checo, Václav Havel.
La carrera artística de Jirina Jirásková fue galardonada con varios premios, como el Premio Talía por su aporte profesional. En rueda de prensa con motivo de la obra "Volvió una noche", del argentino Eduardo Rovner, ésta manifestó que, para su edad, conserva un humor peculiar.
"Al final de mi vida estoy enfrentando el abandono de todos los que le daban sentido a mi vida. Mis colegas quedaron muy sorprendidos cuando les conté que en mis visitas regulares al cementerio llevo conmigo dos botellitas de coñac, para hacer un brindis virtual con mis seres queridos que en paz descansan. Pero yo de veras vivo con ellos todo el tiempo".
En el año 2006, Jirina Jirásková cumplirá 75 años. Sin embargo, la pequeña dama no piensa retirarse del mundo artístico, ya que reconoce y cree que le puede todavía aportar algo.