Los pacientes checos se someten a la hemodiálisis desde hace 50 años
Hace cincuenta años, fue utilizado por primera vez en la entonces Checoslovaquia el riñón artificial. Éste se emplea para la hemodiálisis, procedimiento realizado para retirar contaminantes de la sangre cuando los riñones no pueden hacerlo. La sangre se hace circular a través de filtros especiales.
En el interior de los riñones se encuentran millones de vasos sanguíneos diminutos que actúan como filtros. Esos vasos sanguíneos son los encargados de eliminar los productos de desecho de la sangre. En ocasiones ese sistema de filtrado falla.En este caso es necesario recurrir a la hemodiálisis con ayuda de un riñón artificial.
Desde los años 60 se sometían al tratamiento con el riñón artificial en Checoslovaquia también pacientes con insuficiencia renal crónica. Sin embargo, del programa de hemodiálisis se beneficiaban los pacientes sólo hasta cierta edad. En la Checoslovaquia comunista los logros de la medicina no eran accesibles para todos, a pesar de que la propaganda afirmase lo contrario.
Hasta 1970 funcionaron en Bohemia y Moravia cinco centros de hemodiálisis. Después de 1989, al iniciarse la transformación democrática de todos los sectores, su número se ha multiplicado espectacularmente.
En la actualidad funcionan en la República Checa más de 80 centros de hemodiálisis. De este tipo de tratamiento se benefician todas las personas que lo necesiten.
El peligro de colapso renal se cierne sobre el 5 por ciento de las personas. Los médicos pronostican, sin embargo, que su número va a incrementarse ya que las personas viven más tiempo y crece el número de diabéticos.
La diabetes daña el sistema de filtrado de los riñones. Los niveles altos de glucemia hacen que los riñones filtren demasiada sangre. Todo ese trabajo adicional deteriora esos filtros.
Después de algunos años, los filtros empiezan a agujerearse. Las proteínas valiosas se van con la orina y los productos de desecho se acumulan en la sangre.Un día los riñones dejan de funcionar. Los pacientes necesitan que les filtre la sangre el riñón artificial a través de la hemodiálisis.
En los próximos 15-20 años se multiplicará varias veces la cifra de pacientes que necesiten someterse a la hemodiálisis con ayuda del riñón artificial, lo que representará un problema económico y ético no sólo para la República Checa sino también para los países más ricos, afirman los médicos.