Dioses aztecas bailan en el festival "Folclore sin fronteras"

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La ciudad de Ostrava se ha convertido esta semana en escenario de la novena edición del festival "Folclore sin fronteras". En las calles y plazas de la metrópoli de Moravia del Norte pueden toparse hasta el viernes con una campesina portuguesa llevando sobre la cabeza una jarra con vino, una bailarina de la Polinesia o un dios azteca.

Trece elencos folclóricos de la República Checa, Eslovaquia, Polonia, así como de una tierra tan lejana como es la isla Aitutaki en el Pacífico, dan a conocer estos días, sucesivamente en diferentes barrios de Ostrava, las tradiciones de sus regiones.

El Grupo Folclórico da Casa do Povo de Ceira de Portugal fue invitado a Ostrava por la Asociación Folclórica Moraviense de Ladislav Sevcík, que participó en junio en un festival de folklore en Ceira. Carlos Soto nos dijo que el Grupo Folclórico da Casa do Povo se dedica desde hace más de cuarenta años a recolectar danzas, canciones, trajes tradicionales, así como recetas culinarias, oraciones y costumbres antiguas de su aldea, procedentes de principios del siglo XX. El resultado de su trabajo puede verlo ahora el público checo.

"Por ejemplo, en la cuaresma se cantaba a las almas para glorificarlas en el cielo. La gente ofrecía limosnas que consistían en alimentos como arroz, azúcar, frijoles, harina que habitualmente en una fiesta que se hacía en noviembre en vísperas del Día de Todos los Santos eran subastados. El dinero se destinaba a la iglesia. Hoy ya no se donan productos alimenticios sino que se entrega dinero para que después se oficien misas por el alma de los parientes, los seres queridos y los amigos fallecidos. En la víspera de una boda los amigos de los novios y de sus padres componían versos chistosos sobre los hábitos, las características o los defectos de los novios y después venían a cantárselos a la puerta. Luego se hacía una comilona. La gente comía, bebía y se divertía bailando".

El Ballet Folclórico de Occidente, de Guadalajara, escenificó una leyenda azteca sobre el nacimiento del dios del sol Huitzilopochtli, según nos explicó Rubén Hernández Granados, que representó uno de los papeles principales.

"Trata de cuando él nace. Su hermana, que es la diosa de la Luna, se enoja con su madre porque es una persona mayor y no supo cómo se embarazó. Estaba previsto por los dioses que Huitzilopochtli iba a nacer de una persona mayor y que era muy prudente, muy culta, muy decente. Esta persona se llama Coatlicue. A dios se le cae como en una forma de pelotita, ella se lo guarda queriendo mostrárselo después a sus hijos. Cuando llega con sus hijos no lo encuentra y no le da importancia. Después se da cuenta que esté embarazada y su hija la Coyolxauhqui quiere matarla a ella y a su hermano que va a nacer. Se confabula con sus demás hermanos para matarla. Cuando nace Huitzilopochtli sale en defensa de su madre y mata a su hermana".

En el marco del noveno festival "Folclore sin fronteras" se celebran en el centro de Ostrava un mercado de artesanía popular y un concurso de canto de canciones folclóricas.

Foto: autora

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