Llamadas telefónicas desde el exterior serán más baratas
La Comisión Europea se propone regular el mercado de las redes de telefonía móvil y reducir el coste de las llamadas telefónicas hechas desde el exterior.
Todo parece indicar que el abaratamiento de las llamadas telefónicas desde el exterior va a entrar en vigor a partir de otoño. Así lo acordaron los 27 ministros de Telecomunicaciones e Informática de los países comunitarios en una reunión informal, efectuada la semana pasada en la ciudad alemana de Hannover.
La regulación debería incluir tanto los precios al por mayor, entre los respectivos operarios, así como los precios al por menor que paga el usuario. Actualmente una llamada telefónica del exterior vale en promedio 1,15 euros por minuto. Según la Comisión Europea, el precio máximo de las llamadas del exterior debería alcanzar como máximo 44 centavos de euro por un minuto, mientras que el precio por una llamada recibida ascendería a 25 centavos.
Para que el proyecto entre en vigor, tiene que ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo de los Ministros. La mayoría de los países comunitarios lo apoya, excepto Gran Bretaña y España, que siendo destino favorito de los turistas saca provecho de la situación actual, ya que el 'roaming', o sea la itinerancia, alcanza hoy hasta el 25 por ciento de las ganancias de las compañías de las redes de telefonía españolas.
En general, el precio por el 'roaming' en Europa asciende anualmente a cinco mil millones de euros, es decir, que representa el seis por ciento de las ganancias totales de las compañías telefónicas. Bajo la presión de la Unión Europea, los operadores de telefonía móvil redujeron las tarifas en los últimos dos años. Sin embargo, Bruselas no ha encontrado satisfactoria esa reducción, por lo que decidió regular tanto los precios al por mayor, cómo el precio final."La República Checa no bloqueará cualquier acuerdo sobre la regulación de los precios por llamadas telefónicas del exterior que pueda proteger a los clientes", subrayó la secretaria del ministro de Informática, Lenka Melicharová.
Por su parte, los tres operadores de telefonía móvil que se desempeñan en el mercado checo rechazan el proyecto, advirtiendo que una regulación demasiado dura podría provocar incluso el congelamiento de los precios de las llamadas telefónicas.