Hitler:"Estoy firmemente decidido a no entregar jamás Bohemia y Moravia".

Jan Kubis (a la izquierda) y Jozef Gabcík

Radio Praga les entrega la segunda parte de la serie dedicada al atentado contra Reinhard Heydrich, desde septiembre de 1941 el máximo representante del Tercer Reich en el Protectorado de Bohemia y Moravia. El atentado al verdugo del pueblo checo aseguró a la resistencia antinazi de este país un lugar honroso en la historia de la lucha contra la barbarie del Tercer Reich, pero dejó detrás de si un reguero de sangre.

 Reinhard Heydrich
El 27 de mayo de 1942 el paracaidista Jan Kubis arrojó en Praga una bomba al automóvil en el que viajaba Reinhard Heydrich. El alto rango nazi fue alcanzado por las esquirlas del artefacto explosivo.

Unos instantes antes había fallado la metralleta de Jozef Gabcík, que participó con Kubis en el atentado. Ambos eran paracaidistas, entrenados en Inglaterra donde tenía su sede durante la Segunda Guerra Mundial el Gobierno checoslovaco en el exilio.

El atentado contra Heydrich fortaleció el prestigio del Ejecutivo checoslovaco y contribuyó a mejorar su posición ante los aliados ya que fue un acto de resistencia antinazi de proyección europea.

Jan Kubis  (a la izquierda) y Jozef Gabcík
La perfecta organización del atentado por la red clandestina antinazi se reflejó en el hecho de que los autores del mismo, Jozef Gabcík y Jan Kubis, lograron salir con vida de su escenario y desaparecieron como si los hubiera tragado la tierra. La GESTAPO descubriría más tarde sus huellas sólo gracias a un chivato: Karel Curda que había llegado al territorio del Protectorado de Bohemia y Moravia como miembro de un desembarco clandestino de paracaidistas checoslovacos, entrenados en Inglaterra.

Gracias a la traición los nazis exterminarían a familias enteras por la ayuda prestada a los paracaidistas- autores del atentado a Heydrich. Por ejemplo, Jan Kubis huyó del escenario del atentado en una bicicleta. El paracaidista, ligeramente herido, la dejó cerca de la tienda de calzado Bata en el barrio capitalino de Liben y seguidamente buscó refugio en el piso de la familia de Václav Novák.

Jindriska Nováková
La niña Jindriska Nováková, de catorce años de edad, fue a buscar la bicicleta ensangrentada a la tienda Bata. Después de algunos días, ella y muchas otras niñas del barrio de Liben fueron trasladadas a la sede de la GESTAPO, en el palacio de Petschek, donde unas delatoras intentaron identificar a la muchacha con la bicicleta.

Jindriska aguantó la dura prueba. La familia de los Novák no sería arrestada hasta el 9 de julio de 1942. Todos sus miembros serían ejecutados en Mauthausen el 24 de octubre de 1942.

Cuando Adolf Hitler se enteró del atentado contra Heydrich, mandó decretar en el Protectorado de Bohemia y Moravia la ley marcial, establecer juicios sumarios y ejecutar rehenes.

El jefe de la Policía, coronel general Karl Daluegue, arribó a Praga ya en la tarde del día en que tuvo lugar el atentado con el fin de "aplicar una serie de duras medidas" que- tal y como escribió a Himmler- "como un molino trituran los nervios de los checos y crean la necesaria atmósfera, caracterizada por el creciente temor que llega a generar rumores de que toda la nación será diezmada".

En todo el Protectorado de Bohemia y Moravia se pone en marcha la maquinaria de las ejecuciones. En las residencias estudiantiles de Kounic, en Brno, serán ejecutadas del 29 de mayo al 3 de julio de 1942 395 personas acusadas por los nazis de alta traición. 326 de los ejecutados son hombres y 69 mujeres.

Coche de Heydrich  (a la derecha),  Kobylisy
Ejecuciones masivas de resistentes antinazis tienen lugar también en el polígono militar del distrito capitalino de Kobylisy. Los miembros de la Schutzpolizei los transportan al lugar de la ejecución en camiones. Conducen a los condenados al pie de un terraplén, los atan a los postes y les trazan en el pecho con tiza una cruz.

Las ejecuciones suelen realizarse después de las seis de la tarde. Las sentencias generalmente no se leen. El pelotón de fusilamiento dispara desde una distancia de diez metros. Cada víctima recibe después un tiro de gracia. Los cajones con cadáveres se transportan al crematorio de Strasnice y las cenizas son arrojadas al río Moldava.

La furia nazi se intensificó aún más tras el fallecimiento de Heydrich en el hospital de Bulovka, en Praga.

El estado del alto rango nazi se deterioró al atardecer del 30 de mayo de 1942. Falleció el 4 de junio, a las 7,30 horas, a pesar de haber sido asistido por el Prof.Dr. Karl Gebhart, uno de los más célebres especialistas alemanes. Gebhart realizaría más tarde terribles experimentos en prisioneros de guerra y prisioneras de los campos de concentración. El Tribunal de Nuremberg le condenaría a la pena capital.

Ceremonia fúnebre en Praga
El 6 de junio de 1942 tuvo lugar el traslado del féretro de Heydrich del hospital de Bulovka al Castillo de Praga. La ceremonia tuvo lugar a medianoche. Todo el recinto del pabellón de cirugía estaba iluminado por innumerables antorchas. El lúgubre redoble de tambores y el estridente sonido de pífanos delataba la sed de venganza. El ritual, rebosando misticismo germánico, pretendía infundir temor.

El domingo 7 de junio el féretro fue instalado al aire libre delante de la puerta de honor del Castillo de Praga. Las autoridades del Protectorado de Bohemia y Moravia organizaron un cortejo fúnebre de la población al Castillo de Praga. Miles de checos tuvieron que desfilar ante el féretro del verdugo de su nación. Con una aparatosa pompa el féretro fue trasladado a la estación principal de ferrocarril para ser transportado a Berlín.

Los funerales de Reinhard Heydrich en Berlín, el 9 de junio de 1942, fueron los más megalómanos en la historia del Tercer Reich. En la ceremonia, Hitler enalteció a Heydrich, llamándole "hombre de corazón de acero".

Lidice después de la destrucción
La delegación gubernamental checa, encabezada por el presidente del Protectorado de Bohemia y Moravia, Emil Hácha, se presentó el día de los funerales a la sede de la cancillería del Reich en Berlín donde fue recibida por Adolf Hitler.

El Führer habló primero con voz pausada y grave, pero después el tono empezó bruscamente a subir. Hitler acusó al Gobierno checo de ser responsable de la muerte de Heydrich y amenazó:"Nada puede impedirme deportar de Bohemia y Moravia varios millones de checos. Estoy firmemente decidido a no entregar jamás Bohemia y Moravia. La nación alemana no cederá".

La cúpula nazi decidió asestar sin demora al pueblo checo un golpe tan brutal que no tenía precedentes en la historia de los enfrentamientos entre ambos pueblos. El día de los funerales de Heydrich, el 9 de junio de 1942, llegó desde Berlín la orden de destruir completamente la aldea checa de Lidice. Los destacamentos de la policía nazi empezaron a cercar el pueblo de unos 500 habitantes hacia las diez de la noche.

Radio Praga les contará más detalles sobre la destrucción de Lidice en la siguiente entrega de la serie dedicada al atentado a Reinhard Heydrich.

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