Radko Tichavský siguió huellas de hidroterapia en México
En el balneario de Jeseník fue inaugurada este jueves una conferencia internacional dedicada al legado del fundador de la hidroterapia, Vincenz Priessnitz. Sobre su impacto en el sistema de Salud mexicano hablará Radko Tichavský, cónsul checo para el Estado de Nuevo León.
A Vincenz Priessnitz, un campesino iletrado de la aldea de Gräfenberg, hoy Jeseník, al norte de Moravia, le debe el mundo el descubrimiento de que el agua sirve no sólo para beber, sino también para curar.
Radko Tichavský indicó que desde 1848 se notaba en México una influencia importante de la hidroterapia, a diferencia de las tierras checas donde Priessnitz chocaba con la aversión de los médicos así como de los sacerdotes.
“Porque a los médicos les quitaba trabajo y a los sacerdotes no les cuadraba bien en su filosofía. Entonces, por el contrario, en México los que promovieron ese método fueron primero los sacerdotes quienes curaban con hidroterapia no solamente enfermedades ligeras como gripe, sino también curaban con mucho éxito cólera, peste, sífilis y algunas otras enfermedades que se consideran muy difíciles de erradicar incluso con los avances de la medicina contemporánea”.
La hidroterapia se divulgó a través de los contactos con España, donde había varios institutos hidroterapéuticos, y después con la llegada de los médicos checos que acompañaban al emperador Maximiliano de Habsburgo. Otro auge lo vivió la hidroterapia en México en los años 30 del siglo XX cuando se aplicaba en los pacientes con problemas psiquiátricos. Sin embargo, con el desarrollo de los psicofármacos llegó casi a olvidarse. No resurgió antes de los años 90 impulsada por el crecimiento de los “spas”, cuya moda llegó de EE.UU, y la tradición de temascales, según explicó Radko Tichavský.
“Temascales son los baños mexicanos tradicionales prehispánicos. Son baños de vapor, de agua y de hierbas, que a la vez son muy místicos. Y entonces, la tradición de los temascales que sobrevivía en la cultura mexicana popular se juntó con la hidroterapia”.
Radko Tichavský agregó que a la recuperación de la hidroterapia después de la Segunda Guerra Mundial contribuyó el libro de un médico mexicano que aprendió la hidroterapia directamente en Gräfenberg con Priessnitz. El libro fue publicado en 1849 en español, resaltó Tichavský.
“Es un documento increíble. A partir de allí, estoy preparando un libro sobre el método hidroterápico y parte de él voy a presentarlo aquí en el congreso, algunas investigaciones e imágenes de la época, de cómo se veían las tinas hidroterápicas en el principio del siglo XX, cuáles eran los usos y abusos de la hidroterapia en México”.
La conferencia de balneología en Jeseník se prolongará hasta el domingo. Forma parte de ella un programa de relajamiento que ofrece la posibilidad de disfrutar del fin de semana de adviento en compañía de Vincenz Priessnitz, probando sus métodos curativos en la atmósfera del siglo XIX.