Murió Jan Kaplický, el arquitecto que diseñó un pulpo para Praga
La República Checa perdió a uno de sus arquitectos más famosos. Jan Kaplický murió a los 71 años de edad, sin dejar ninguna obra en su país natal. Parece que se repite aquello de que nadie es profeta en su tierra, los edificios de Kaplicky se levantan en diferentes partes del mundo menos en la República Checa.
La noche del miércoles un hombre perdió el conocimiento en plena calle en Praga. El equipo de emergencia no logró reanimarlo. Se trataba de Jan Kaplický, probablemente el arquitecto checo de mayor renombre internacional y sin duda el más presente en los medios de comunicación. Precisamente esa misma tarde su segunda mujer, Eliška Kaplická, de 30 años, había dado a luz a su hija Johana. Kaplický solo pudo disfrutar de la niña un par de horas. Así describe su colega y amiga, Eva Jiřična, la última conversación que mantuvo con el arquitecto. “No puedo olvidarme de la última vez que hablamos. Me llamó por teléfono para decirme que vendría el lunes por la tarde a Praga porque se esperaba que su hija naciera antes del viernes, que era cuando estaba previsto. Estaba muy feliz. Solo quería decir que era el hombre con más talento que he conocido en mi vida”, nos contó. La figura de Kaplický llegó a la opinión pública debido a su proyecto para la Biblioteca Nacional, conocido como el Pulpo. El edificio, de atrevido diseño, sufrió la oposición de figuras públicas como el Presidente de la República, Václav Klaus o el alcalde de Praga, Pavel Bém. Finalmente el Pulpo fue vetado por hallarse irregularidades en el concurso en el que resultó ganador, y seguramente nunca se construirá.
Un nuevo partido político fue fundado en la República Checa. Su líder Petr Mach es la sombra del presidente Václav Klaus. Por lo que no es de extrañar que la nueva formación se autodenomine euroescéptica y en su programa destaque la lucha contra el Tratado de Lisboa.
Tras la derrota del comunismo en 1989, Václav Klaus fue quien creó el Partido Cívico Democrático, por eso resulta especialmente significativo que abandonara la formación en diciembre y se decantara por empezar de cero y apoyar la fundación de una nueva agrupación política. El Partido de los Ciudadanos Libres nace para dar cabida al sector del Partido Cívico Democrático descontento con la dirección de Mirek Topolánek, más centrista que Klaus. Y de hecho espera nutrirse con los votantes de derechas decepcionados con el gobierno del actual primer ministro. De hecho, casi todos los miembros fundadores del partido pertenecían anteriormente al Partido Cívico Democrático y son todos personalidades afines a Klaus. El líder de la nueva formación, Petr Mach, es uno de los colaboradores más cercanos al presidente de la República. Durante la presentación del programa, Mach anunció cuál será el primer objetivo electoral del Partido de los Ciudadanos Libres. “Queremos tener éxito, y eso significa conseguir representantes. Creo que tendremos buenos resultados en los comicios europeos, y después lo intentaremos en las elecciones al Parlamento. Nos encantaría llegar al Parlamento, pero ahora no es el momento de pensar en eso”, anunció. La ideología de los Ciudadanos Libres se podría definir como derecha liberal y euroescéptica. Su principal diferencia con el ala centrista del partido de Topolánek es su rechazo al Tratado de Lisboa y la defensa de los intereses nacionales. La formación apuesta además por bajar los impuestos y reducir la burocracia.
Las empresas que contraten a personas que se encuentran ilegalmente en el país se enfrentarán, a partir del año entrante a mayores sanciones. Una persona que dé trabajo a un inmigrante ilegal podría ser condenado a ocho años de prisión.
El número de inmigrantes que vienen a la República Checa en busca de trabajo disminuyó el año pasado en un 25 por ciento en comparación con el año 2007. A pesar de ello, en el país hay unos 400 mil trabajadores extranjeros, de los que aproximadamente la mitad no dispone del permiso laboral. Emplear ilegalmente a un extranjero puede ser sancionado actualmente con una multa de hasta dos millones de coronas, unos 75 mil euros. A partir del próximo año, el empleo de inmigrantes ilegales será castigado con hasta cinco años de prisión. A su vez, el ayudar a un extranjero a residir ilegalmente en el país será castigado con hasta ocho años de prisión, según explica el ministro de Justicia, Jiří Pospíšil. ”Los castigos serán más severos porque el nuevo Código Penal califica el empleo ilegal de inmigrantes como un acto punible, mientras que actualmente es considerado como un delito de carácter administrativo. Y semejantes delitos no se castigan con cárcel”, dijo Pospíšil.
Risas, rabia, indignación y hasta protestas oficiales ha causado el mural del artista checo David Černý instalado en la entrada del edificio del Consejo de la Unión Europea en Bruselas. Hubo engaño, pues el artista no respetó las condiciones del contrato, pero sin duda su mural ha tenido un gran éxito para él ya que nunca antes se había hablado tanto de una obra con motivo de la presidencia rotativa de la Unión Europea.
La polémica obra tiene por objetivo simbolizar los estereotipos y los prejuicios que existen en Europa respecto a cada uno de los países comunitarios. De esa forma, Alemania es presentada como una red de autopistas, que remotamente sugiere una svástica, Polonia es encarnada por sacerdotes católicos que levantan la bandera de la Liga de homosexuales y Bulgaria figura en el mapa como una letrina turca. El autor de la obra, el artista checo David Černý, insistió en que su intención no era ofender a nadie, sino destacar los prejuicios mutuos que tienen los europeos. “Es una vista irónica que debe demostrar de manera divertida los prejuicios generales”, explicó. Sin embargo, por lo visto, no todos se han divertido al ver la controvertida exposición. Por ejemplo, Bulgaria ha presentado una queja oficial protestando contra la presentación de su país. Ese no es el único escándalo que se ha producido en torno a la instalación. La obra fue presentada como un proyecto común de 27 autores europeos, coordinados por David Černý. No obstante, los demás artistas, firmados debajo de la obra, no existen. Černý admitió que es el único autor de la instalación y pidió disculpas al Gobierno checo por haber engañado a los responsables del proyecto. En el comunicado de prensa, Černý indica que “la mistificación y la hipérbole grotesca son un rasgo típico de la cultura checa y la creación de identidades falsas es una de las estrategias del arte contemporáneo”.