Diez años de la OTAN, el calentamiento global y la solidaridad con el Tíbet
La República Checa celebró diez años en la OTAN. El ex presidente checo Václav Havel, aseguró que la OTAN debe continuar su proceso de ampliación, pero que es necesario establecer fronteras.
La República Checa celebró diez años en la OTAN. El ex presidente checo Václav Havel, aseguró que la OTAN debe continuar su proceso de ampliación, pero que es necesario establecer fronteras.
El 12 de marzo de 1999 la OTAN se amplió por primera vez desde el fin de la Guerra Fría. Tres países, Polonia, Hungría y la República Checa -que antaño habían estado al otro lado de la Cortina de Hierro- se sumaron a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, formando parte del mayor bloque militar del planeta.Personalidades de rango internacional como la antigua secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright o el secretario general de la OTAN Jaap de Hoop Scheffer se han reunido en Praga para analizar el futuro de esta alianza militar en el nuevo contexto internacional. En este sentido, la cuestión más importante a la que se enfrenta la OTAN es su ampliación y los límites que ésta debería tener. El ex presidente checo Václav Havel, bajo cuyo mandato la República Checa entró en la Alianza, tiene claro que no todos los países deberían formar parte de la OTAN. “La pertenencia a la Alianza está definida por unos valores comunes pero también por límites geográficos. No puede extenderse eternamente. Debería terminar en la frontera de Bielorrusia, Ucrania, Rusia... Para que haya buenas relaciones debe poder saberse donde empieza y donde termina el otro bloque”, opinó Havel. Los dos próximos candidatos a incorporarse a la OTAN son Croacia y Albania, y de momento está establecido que los nuevos miembros sean únicamente europeos. De hecho, las relaciones entre la Unión Europa y la Alianza fue uno de los principales temas de las conferencias. Respecto a los diez años de pertenencia de la República Checa, el presidente del Senado, Přemysl Sobotka, destacó el símbolo de apertura y normalización política que significó la entrada del país en la OTAN. “Durante la Guerra Fría, la mitad de Europa estaba bajo una dictadura totalitaria y la otra construía la democracia bajo la protección de la OTAN. En nuestro país durante décadas nos decían que la OTAN era el agresor y que su polo opuesto, el Pacto de Varsovia, protegía a la sociedad. Realmente era lo contrario, como se demostró en 1968”, explicó Sobotka.
El presidente checo, Václav Klaus, volvió a ocupar grandes espacios de la prensa internacional. Su postura crítica en torno a la teoría del calentamiento global lo llevó hasta Santa Bárbara, California donde participó en una conferencia sobre la economía, la industria la energía y el medio ambiente.
A sus conocidas críticas a la Unión Europea y al cambio climático se sumaron ahora críticas a la política económica de EE.UU. en sus intentos por frenar la crisis.
En su ponencia Klaus comparó la teoría del calentamiento global con una religión y aseguró en que es necesario separar estrictamente la protección legítima del medio ambiente y el alarmismo climático que puede llevar a la limitación de la libertad y del desarrollo social. El mandatario checo advirtió que si alguien decide de manera arbitraria dejar de lado las tecnologías existentes, antes de que surjan nuevas y mejores, no hará otra cosa que bloquear el crecimiento económico. Václav Klaus lamentó el hecho de no haber podido polemizar con Al Gore, quien participó en la conferencia un día antes. En declaraciones a la prensa checa el presidente aseguró que lo que predica Gore es erróneo y que en caso de que nadie se atreva a decírselo en la cara, él si lo hará. En sus declaraciones para la agencia CTK ampliadas en sus Notas del Viaje a América, publicadas en su sitio de Internet, el presidente Klaus no economizó críticas contra las medidas anticrisis que aplica Washington. “Apenas puedo creer la confianza que tienen aquí (EE.UU.) en el Gobierno y lo poco que creen en el libre comercio”, subrayó el presidente. De acuerdo con el diario Mlada Fronta Dnes, Václav Klaus no comparte la política anticrisis de EE.UU., porque, según él, la propuesta de presupuesto presentada por la Administración Obama duplicará la deuda interna del país.
Uno de los casos más dramáticos de maltrato de menores en la República Checa parece haber llegado a su fin. Las mayores sentencias fueron para la madre y la tía de los niños maltratados.
Otros protagonistas terminaron también tras las rejas, pero todo parece indicar que las víctimas difícilmente se recuperarán de los traumas sufridos, y todo en nombre de una siniestra secta conocida como ‘Movimiento del Grial’.
Nueve años de cárcel para la madre de los niños maltratados, Klára Mauerová. Diez años para su hermana Kateřina Mauerová. Entre cinco y siete años de prisión para el resto de los implicados. Éste es el veredicto del Tribunal Superior de Olomouc en el caso Kuřim de abuso y maltrato infantil. El abogado de Klára Mauerová, Daniel Ševčík, recalcó que, a pesar de la sentencia adversa, su clienta está conforme. “La Justicia le creyó a Klára Mauerová que le habían manipulado, que fue delincuente y víctima al mismo tiempo y que, aunque parezca totalmente absurdo, fue convencida que hacía el bien al maltratar a sus hijos. Es lo más importante para mi clienta”, señaló Ševčík. El caso fue descubierto por casualidad el 7 de mayo de 2007. El vecino de Klára Mauerová conectó en su casa la cámara vigila bebés cuando de repente apareció en la pantalla la imagen de un niño desnudo y atado, encerrado en un sótano. El hombre reconoció al hijo de su vecina y llamó a la Policía. La investigación reveló que Klára Mauerová y su hermana Kateřina sometieron durante un año a los niños Ondřej y Jakub, de siete y diez años, respectivamente, a un sistemático maltrato y tortura. El objetivo de su actuación fue suprimir la personalidad de los niños para convertirlos en seres dóciles que obedecieran cualquier orden sin cuestionarla.
La solidaridad de los checos fue puesta nuevamente en evidencia. Al cumplirse 50 años del levantamiento en el Tíbet, organizaciones cívicas y políticos participaron en una manifestación para denunciar las arbitrariedades del régimen chino.
La República Checa recordó el 50 aniversario de la revuelta del pueblo tibetano. Unas 200 personas se manifestaron este martes frente al edificio de la Embajada de China en Praga, reclamando la libertad del Tíbet y exigiendo al Gobierno checo adoptar una postura más crítica con respecto a China. La portavoz de los organizadores de la manifestación, Eva Dobrovolná, explicó los objetivos de la actividad. “De esta forma, queremos recordar a los presos políticos de la dictadura china cuyo número aumentó considerablemente el año pasado y es el más alto de los últimos 50 años. Y también, exigir al Gobierno checo que no se calle y que en la cumbre Unión Europea-China reclame el cumplimiento de los derechos humanos en el Tíbet”, destacó Dobrovolná.
Los checos se adhirieron también a la campaña mundial “Una Bandera por el Tíbet”. La bandera tibetana apareció este martes en unos 350 lugares del país. Los miembros del Partido de los Verdes la instalaron en los ministerios del Medio Ambiente y de Educación, así como en el edificio de la Cámara Baja. La campaña “Una Bandera por el Tíbet” surgió en Europa en los años 90 con el fin de manifestar la solidaridad con el pueblo tibetano, oprimido por China. La República Checa participa en la actividad desde 1996.