Servicio de Inteligencia quiere conocer identidad de usuarios de teléfonos móviles
El Servicio de Inteligencia checo (BIS) quiere mayores competencias. Asegura que en su lucha contra el terrorismo y el crimen organizado necesita acceso a informaciones de los operadores de telefonía móvil.
Los operadores de telefonía móvil tienen a su disposición informaciones que, según dice el Servicio de Inteligencia, son indispensables para luchar contra el hampa y el terrorismo. Para los agentes es vital conocer la identidad de las personas que hablan por teléfono móvil y detectar el lugar en el que se encuentran en el momento de la llamada.
En declaraciones a la Televisión checa, el portavoz del Servicio de Inteligencia, Jan Šubert, aseguró que sin esas informaciones se reduce el éxito en la lucha contra el crimen organizado.
“Sin esta posibilidad resulta muy difícil conocer los contactos de las personas que nos interesan en el contexto de una investigación por sospecha de terrorismo, contraespionaje o crimen organizado”, insistió el portavoz del BIS.
En la práctica significa que los operadores de telefonía móvil deberían entregar a los agentes secretos los protocolos de todas las llamadas efectuadas por los ciudadanos, así como del envío de mensajes de texto (SMS).
El antiguo agente secreto Jiří Růžek aseguró, en declaraciones al diario Právo, que ese tipo de informaciones pueden ayudar a la hora de buscar pistas, pero que fácilmente pueden resultar comprometedoras, desde el punto de vista social, para personas que no están implicadas en el caso que se investiga.
Por su parte, Martina Kemrová, portavoz de T-Mobile, uno de los mayores operadores de telefonía móvil del país, indicó que el Servicio de Inteligencia está interesado en ese tipo de informaciones desde hace mucho tiempo.“Podríamos facilitar esas informaciones únicamente a partir del momento en que la ley nos lo exija”, indicó Kemrová.
Activistas de Organizaciones No Gubernamentales y usuarios de teléfonos móviles han denunciado que la aplicación de semejante ley representaría un atentado contra la privacidad de los ciudadanos.