Científicos checos paran la invasión de la babosa española

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Científicos checos han desarrollado una sustancia natural a partir de extractos de plantas que, sin dañar el medio ambiente, frena el avance de la babosa española, lenta pero insaciable devoradora de campos y jardines de toda Europa.

La Unión Europea busca la manera de reemplazar las sustancias químicas usadas en la agricultura. Muchas de las sustancias que se utilizan contra hongos o parásitos son perjudiciales también para las personas o la naturaleza.

Sin embargo, las plantas de cada ecosistema han desarrollado sustancias para protegerse de sus enemigos naturales. El Instituto de Investigación de Productos Vegetales, en la República Checa, está realizando interesantes descubrimientos con extractos de plantas. Para uno de sus científicos, Roman Pavela, la ciencia, al haber evitado durante tanto tiempo a la sabiduría popular, no siempre ha seguido el camino más correcto.

“Con la revolución de la química se dejaron de utilizar todos los métodos tradicionales y se frenó la investigación con sustancias naturales extraídas de plantas. Ahora sin embargo, es más necesaria que nunca en muchos campos.”

Hongos capaces incluso de matar a una persona, pueden ser eliminados con apenas unas gotas del extracto de plantas adecuado, y lo hace sin efectos secundarios para terceros, como continúa explicando Roman Pavela.

“Los extractos de plantas tienen la ventaja de no afectar a las personas ni dañar la naturaleza ya que su origen es natural, a diferencia de las sustancias químicas”.

El gran descubrimiento de Pavela tiene que ver con una especie de babosa procedente de la Península Ibérica, la Arion Lusitanicus, que está haciendo estragos desde hace apenas tres décadas en jardines y ecosistemas de toda Europa. El gasterópodo, conocido como babosa española o babosa asesina, salió involuntariamente de la Península Ibérica en huevos dentro de tierra que se exportaba para macetas y jardines. Al llegar a climas más húmedos y no preparados para este molusco de gran tamaño, la babosa se multiplicó con gran rapidez, alimentándose incluso de babosas autóctonas de menor tamaño. En países como Suecia la babosa ha llegado a convertirse en una auténtica plaga.

El Instituto de Investigación de Productos Vegetales ha aislado una sustancia a partir de un extracto de una planta que consigue frenar a las babosas españolas. Los gasterópodos dejan de comer en cuanto notan a cierta distancia la presencia del producto y dirigen su lenta marcha en dirección contraria.

Pero de momento no escucharemos grandes explicaciones al respecto en boca del equipo de científicos que desarrollaron el producto. Teniendo en cuenta las palabras de Roman Pavela, el porqué es más que comprensible.

“Muchas empresas han mostrado mucho interés, las babosas españolas son un problema no solo en la República Checa, también en muchos otros países europeos. Pero nuestro descubrimiento es reciente y aún no hemos formalizado la patente.”

El caso de la babosa española es solo uno de los muchos ejemplos de amenazas para la biodiversidad autóctona. Especies exóticas viajan involuntariamente a otras partes del mundo por la acción del hombre. Pero también es un ejemplo de cómo una plaga puede ser combatida con medios naturales sin dañar el medio ambiente.