Experimentación sobre una base de world music
Su nombre, Maraca, puede hacer pensar en una formación de música latina, de aires tropicales, pero lo cierto es que esta banda nacida en Zlín hace nueve años se inclina más bien hacia el intimismo. En sus composiciones reina la melancolía, envuelta por una atmósfera espiritual intensa en la que se alternan delicadeza, ritmos endiablados y psicodelia.
En su origen, el grupo liderado por la cantante y violinista Gabriela Vermelho se acercaba más a la world music, con influencias latinas, árabes o africanas. Son los tiempos del disco homónimo, ‘Maraca’, cantado en la antigua lengua licia, y de composiciones para teatro y cine.
De alguna manera, esta base multiétnica se ha mantenido hasta la actualidad, y el aroma de desiertos lejanos sigue sintiéndose en la instrumentación de los temas y, sobre todo, en los textos.
Mientras que en el anterior trabajo, ‘Largo’ (‘Longe’), las composiciones daban voz a los versos del escritor portugués Fernando Pessoa, su último álbum ‘El cuerpo es demasiado lento para mí’ (‘The body is too slow for me’), aborda principalmente la lírica del poeta persa Rumi, del siglo XIII.
Vermelho, capaz de cantar en cinco lenguas, se acompaña en esta ocasión del cantante y guitarrista indio Amit Chatterjee, conocido por anteriores colaboraciones con Santana y Sting.
El espectáculo en directo de Maraca impresiona, sobre todo, por la capacidad y versatilidad de Gabriela Vermelho como vocalista, que susurra, grita, y entona casi cualquier registro, como una especie de bruja enloquecida extraída de algún exótico cuento de hadas oriental.
No obstante, sería injusto perder de vista la calidad de las composiciones sobre las que se luce Vermelho. El sonido ácido del bajo y la guitarra eléctrica se combina con samplers, batería y con la más calida presencia de flauta, saxofón o didgeridoo. El resultado es algo difícil de describir, que no es música étnica, ni rock ni electrónica, pero que juguetea con todas ellas para conseguir un sonido propio.
La repercusión de Maraca está abandonando lentamente el underground para alcanzar públicos más amplios. Además de sus apariciones en festivales locales como el Colours of Ostrava y el Febiofest, la banda de Gabriela Vermelho ha actuado también en Ucrania, Eslovaquia, Austria, Francia y Alemania, sin olvidar sus relativamente frecuentes apariciones en la televisión checa.
La fuerza creativa de Vermelho, afincada actualmente en Praga, se concentra en Maraca peo no se limita ni de lejos a esta formación. La cantante lidera además el conjunto de funk F-dur Band y la banda de jazz Four Brothers. Colabora asimismo con el pianista y compositor Boris Urbánek y es miembro, como violinista, de la Orquesta de Cámara de Talich.
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