“No menosprecio al artista que trabaja con computadora, menosprecio a la computadora”
El artista costarricense Luis Cerdas llegó a la República Checa hace tres años con una beca para estudiar en la Universidad de Artes Industriales de Praga. Ahora se encuentra ultimando el proyecto final que le otorgará una maestría en animación y trabajando como diseñador industrial en una multinacional.
La oportunidad llegó cuando la República Checa lo seleccionó junto a otros diez licenciados de todo el mundo para ingresar en alguna de las maestrías de arte ofrecidas por las universidades del país.
Conocedor del trabajo de cineastas de animación como Jan Švankmajer o fotógrafos como Jan Saudek, la admisión fue una noticia excepcional para el artista tico.
“Más que todo me interesaba mucho la animación porque en República Checa tienen una tradición muy fuerte en ilustración y en animación. Y es animación clásica. Para mí todo lo clásico son las bases para luego hacer cualquier cosa en ordenador, en computadora. Si dominas lo que puedes hacer con tus manos luego es mucho más fácil hacerlo en computadora”.
Sin embargo, al principio la experiencia no fue del todo positiva, la mejor parte llegó cuando pudo dedicarse al cine de animación.
“Estuve en un taller de arte conceptual acá, año y medio. Pero me salí al final, no estuve muy convencido. Mis profesores no se tomaban tan en serio la cosa. No digo que no hay gente que trabaje en eso, hay gente muy capaz, y muy buena, pero poca. En cambio, en el otro taller, el de animación, estoy bastante contento, la gente trabaja muy bien. Hay una española, dirige el estudio de carreras, se llama Patricia Ortiz, y los otros profesores son animadores de larga tradición en República Checa”.Luis se refiere a directores de la categoría de Jan Balej, autor entre otros de ‘Fimfárum’ y ‘Una Noche en una Ciudad’. Lo aprendido se materializará pronto en forma de cortometraje.
“Un stop-motion con fotografía, con marionetas, de alrededor de tres minutos, tres minutos y medio. Es algo así como tres mil fotos. Es un vídeo-clip para una canción de un amigo, de tecno, es música electrónica. Y ese sería mi proyecto de graduación como master en animación”.
La película supone la reunión de todas las facetas artísticas de Luis Cerdas, que menos el modelado de las figuras de plastelina, se encarga de todo: guión, fotografía y diseño de decorados por ordenador. De hecho, en un mundo donde la animación por computadora predomina cada vez más, Luis sigue prefiriendo dejar la informática solo para los detalles finales.“No es que menosprecie el valor del artista trabajando con computadora, sino que menosprecio un poco la computadora. Me parece que el trabajo manual y todo el proceso de hacer un story board, de conseguir las cosas, de ir, buscar, probar colores, probar texturas, el hecho de involucrarse en la fotografía, es mucho más experimental y mucho más ameno para el artista. También me parece que el resultado es mucho mejor a los ojos de la persona. Y ya luego, pues si uno quiere, lo puede retocar en computadora, que es lo que hago yo”.
Además de haber añadido las técnicas cinematográficas y de animación a su acervo artístico, Luis también ha aprovechado su presencia en Praga para iniciar una prometedora carrera profesional, precisamente en un campo para el que se encontraba teóricamente preparado pero en el que nunca había trabajado. Se desempeña como diseñador industrial para la empresa alemana 1to1.“Y lo que hago son los prototipos en 3D, y luego el primer prototipo real, con todos los diferentes materiales de todos los productos que saquemos al mercado. Por ahora estamos haciendo lámparas, estamos haciendo un carro para la República Checa, con la Mercedes-Benz. Y estamos haciendo la primera moto eléctrica de República Checa."
Una vez acabada la maestría, Luis se plantea en qué sentido seguir desarrollando su carrera artística. Además de sus proyectos con pintura y artes gráficas, su objetivo es especializarse en animación, pero en un formato algo más sencillo que las marionetas.“Me gustaría trabajar un poco con ilustración de dibujo, que he hecho antes, pero haciendo cosas cortas, como spots para flash, para comerciales en Internet o para televisión. Porque hacer animaciones largas es demasiado tiempo y demasiado tedioso. Es muy bien pagado, así que me gustaría ir hacia una buena agencia de animación”.
En todo caso, Luis no se plantea volver a Costa Rica, país que considera muy avanzado a nivel artístico pero limitado en cuanto a repercusión. Su camino vacila ahora entre Berlín o Praga, en todo caso Europa, donde las cosas se presentan más prometedoras para el arte plástico conceptual.