Los ‘indignados’ españoles volvieron a reunirse en Praga
Los expatriados españoles en la República Checa vivieron su segundo fin de semana de protestas consecutivo exigiendo una renovación del sistema democrático para su país. Los grupos que se reúnen tanto en Praga como en decenas de ciudades de todo el mundo lo seguirán haciendo mientras dure el movimiento del 15 de mayo.
Las elecciones regionales y municipales en España del fin de semana anterior cambiaron el mapa político del país, pero no el espíritu de las concentraciones que han permanecido tanto en Madrid, como en cientos de ciudades de España y el resto del mundo.
Daniel Vázquez Touriño, organizador del grupo en la República Checa, insistió en el carácter independiente de las protestas.
“No eran protestas contra un partido en concreto o un Gobierno en concreto, sino contra la clase política que está aprovechándose de la democracia, de todo el sistema democrático. Queremos una renovación completa de todo el sistema democrático en España”.El movimiento del 15 de mayo está teniendo una gran repercusión fuera de España. Los expatriados españoles se han organizado en prácticamente todas las ciudades importantes del mundo y están en comunicación con el epicentro del descontento, el campamento en la Puerta del Sol de Madrid.
Para Daniel Vázquez Touriño no es sorprendente que el movimiento esté teniendo un seguimiento internacional, a la vista del éxodo de jóvenes españoles desempleados que han tenido que buscar trabajo fuera de su país.
“El número de españoles que vive en el extranjero en los últimos años, españoles además con un alto nivel de formación, es muy alto. Somos muchísimos, en total hay casi dos millones de españoles viviendo en el extranjero. Es una muestra de a dónde nos lleva la política de los corruptos que están en el poder”.Las concentraciones de este fin de semana tuvieron muy presente el desalojo violento que se produjo del campamento de manifestantes situado en la Plaza de Cataluña de Barcelona. Horas después de los altercados con la Policía que dejaron más de cien heridos, la plaza volvía a estar tomada por los jóvenes y el movimiento se sentía más justificado, y por ello, fortalecido. Una sensación que también experimentó Vázquez Touriño desde la distancia.
“Aparte de indignar, a mí esas imágenes me emocionaron. Ver como los manifestantes sentados, pacíficos, resistían los porrazos sin hacer el menor gesto de violencia, deja bien claro de parte de qué lado está la razón en este asunto”.Algunos analistas, como por ejemplo los del Trends Research Institute de Estados Unidos, hablan ya del efecto contagio que pueden tener estas protestas para jóvenes de otros países. Según ese centro, a lo largo de 2011 se puede convertir en un fenómeno global. Ciudades como Atenas o París, donde las concentraciones son diarias en la plaza de la Bastilla, ya han vivido manifestaciones multitudinarias inspiradas en el movimiento del 15 de mayo.