Jazz Dock de Praga: uno de los mejores clubes de jazz del mundo

Miguel Zenon, foto: Archivo del Jazz Dock

A sus tres años de vida, el Jazz Dock de Praga logró lo que muchos no alcanzan nunca: ser incluido en la lista de los mejores clubes de jazz del mundo publicada por la prestigiosa revista ‘Down Beat’.

El club Jazz Dock,  foto: Archivo del club
“En Praga hay más clubes de jazz que personas que escuchan esa música”, dice bromeando Vladimír Lederer, fundador y propietario del Jazz Dock. Este club es sin duda el más original de la República Checa y uno de los pocos de Europa que figuran en la lista de los 212 mejores clubes de jazz del mundo, publicada este febrero por la revista especializada ‘Down Beat’. La historia del Jazz Dock empezó como la de muchos otros clubes, dice su dueño.

“Desde muy joven soy un gran amante del jazz y a lo largo de los años iba conociendo la música, los festivales y los clubes tanto en la República Checa como en el extranjero. Hasta que se me ocurrió la idea de crear mi propio club de jazz”.

Vladimír Lederer,  foto: Hospodářské Noviny
Mucho antes de hacer su aparición en una orilla del río Moldava, Vladimír Lederer sabía que el Jazz Dock iba a ser diferente de los demás clubes en la capital checa.

“Los clubes de Praga son limitados por muchas cosas. Por ejemplo, todos están en un sótano. Eso puede parecer romántico pero yo prefiero una vista bonita. La acústica en estos sitios no es muy buena y es imposible mejorarla por falta de dinero. Además, todos estos clubes se encuentran en el centro histórico así que la mayoría de su público son turistas”.

Según Vladimír Lederer, el 90% de los visitantes de los clubes de jazz de Praga son extranjeros que están en la capital checa de paseo y eso no permite crear una relación entre el club y su público lo que es, sobre todo en el jazz, algo muy importante.

Harry Waters,  foto: Archivo del Jazz Dock
Él soñaba con un sitio para la gente local. Contar con un público fiel, compuesto de personas jóvenes que quieren descubrir cosas nuevas, son exigentes y saben disfrutar de la buena música, ése fue el objetivo principal del Jazz Dock.

Para obtener una buena acústica, Vladimír Lederer decidió construir un edificio nuevo, pero no sabía dónde. Un día descubrió un lugar muy especial en el barrio de Smíchov, cerca del centro histórico.

“En los años 90 compré dos casas casi destruidas en la orilla del río que antes pertenecían a los pescadores. Un día me di cuenta de que el club de jazz se podría construir en ese terreno. Entonces me reuní con los arquitectos y diseñamos el edificio”.

Jazz Dock,  foto: Archivo del club
Con el motivo de reemplazar las dos viejas casas, ocupadas en ese entonces por un grupo de drogadictos, los arquitectos proyectaron una construcción moderna con paredes de vidrio que durante el día parece casi invisible. Sin embargo, la Oficina de Protección de los Monumentos Históricos tardó 13 años en dar el permiso de construcción, lo que el dueño del club considera algo muy típico de la burocracia local.

En 2008, más de 14 años después de haber comprado el terreno, Vladimír Lederer pudo empezar a construir el club de sus sueños. El Jazz Dock surgió dentro de seis meses y abrió sus puertas acristaladas en febrero de 2009. Desafortunadamente, uno de los arquitectos murió antes de que se realizara la obra.

Sex Mob,  foto: Archivo del Jazz Dock
Aunque parezca imposible, la acústica en este edificio con dos paredes de vidrio es perfecta. Se trata de vidrio especial que no permite que los sonidos salgan a la calle y eso tiene una gran ventaja. Mientras los tradicionales clubes de jazz de Praga tienen que cerrar a medianoche para no molestar a los vecinos, los músicos en el Jazz Dock pueden prolongar una jam session hasta la mañana. El bar futurista de diez metros respeta la voluntad de los clientes y los atiende con toda profesionalidad hasta que se acabe la producción musical.

Si bien los otros clubes de jazz de Praga tienen música en vivo cada noche, el Jazz Dock ofrece dos, a veces incluso tres conciertos en un solo día y según Vladimír Lederer, está abierto a cualquier género musical, menos a la música folclórica.

Miguel Zenon,  foto: Archivo del Jazz Dock
“Además de jazz, ofrecemos blues, soul y funky entre muchos otros. Hoy a los cantantes les gusta el jazz-pop y son bienvenidos. Cada domingo se toca el dixieland y ahí yo me siento muy joven porque todos en el público tienen mi edad o más, la mayoría tenemos el pelo gris”.

Los pocos conciertos de música clásica que tuvieron lugar en este sitio han sido un éxito y los fines de semana el club ofrece incluso obras de teatro para niños. A los sábados se les llama ‘Latino Saturdays’ y se interpreta música latina.

“En Praga hay muchos grupos formados por músicos latinos y checos. Su música es muy viva y siempre tenemos mucha gente. También cooperamos con las embajadas de los países Latinoamérica y con el Instituto Cervantes de Praga que nos apoyan y recomiendan a músicos interesantes”.

Kurt Rosenwinkel,  foto: Archivo del Jazz Dock
La música latina les encanta a los checos y los que preparan el progama de Jazz Dock lo saben. La próxima edición del tradicional ciclo llamado ‘Jazz de los Cuatro Continentes’,que ofrece música de diversas zonas geográficas, estará dedicada a América Latina. La llegada de Jazz Dock ha causado una verdadera revolución en la vida nocturna de la capital checa. En su escenario se han presentado en tan sólo tres años las grandes estrellas del jazz contemporáneo como, por ejemplo, Bill Frisell, Uri Cane, Kurt Rosenwinkel, Scott Henderson, Miguel Zenon o el famoso grupo Sex Mob. Otras leyendas vivas, como el venezolano Luis Perdomo, figuran en el programa de los próximos meses.

Poggie Bell Band,  foto: Archivo del Jazz Dock
Además, el Jazz Dock se convirtió en un importante punto de encuentro para la nueva generación de músicos ya que las entradas a los conciertos son las más baratas en toda la ciudad. Frente a esta nueva competencia, los demás clubes capitalinos tuvieron que reducir los precios y se hicieron más accesibles para la población checa.

El club apoya a los jóvenes artistas y coopera también con la Radiodifusión Checa que graba regularmente los conciertos en este sitio y los transmite en su programa dedicado a la música jazz.

¿Y qué representa para Vladimír Lederer el hecho de que el Jazz Dock haya aparecido en la lista de los 212 mejores clubes de jazz del mundo?

Foto: Archivo del Jazz Dock
“Puede parecer que estar entre los 212 mejores clubes no es gran cosa pero en el mundo hay tantos clubes que para nosotros sí es un gran honor. Además se trata de una votación hecha por verdaderos expertos. Los buenos músicos escogen donde van a tocar y más que el dinero les interesa cómo es el ambiente y el público en el club. En este sentido el estar en esta lista resulta muy útil”.

Según muchos aficionados al jazz, un club de alta calidad como el Jazz Dock es exactamente lo que le faltaba a la ciudad de Praga. Además de ofrecer buena música, el club se ilumina en la noche de distintos colores que se reflejan en la superficie del río Moldava y lo transforman en un lugar de ensueño.

Después de la medianoche, cuando los barcos turísticos dejan de pasar a su lado, los músicos continúan tocando con suavidad melodías hermosas frente al público silencioso. Esos momentos mágicos del Jazz Dock no se olvidan nunca.

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