“La obra de Ladislav Klíma está impregnada de la filosofía de Nietzsche”

Foto: Libros del Silencio

A las librerías españolas han llegado ‘Las Desventuras del Príncipe Sternenhoch’, un romanetto grotesco que vio la luz en Checoslovaquia en 1928, el mismo año de la muerte de su particular autor, el filósofo y escritor Ladislav Klíma. Sobre la chocante novela y su excéntrico autor habla para Radio Praga la traductora del libro al español, Patricia Gonzalo de Jesús.

Ladislav Klíma
Ladislav Klíma no deja indiferente a nadie en una de sus obras más conocidas, y que ahora, más de 80 años después de su publicación, ve la luz también en castellano. Su traductora, Patricia Gonzalo de Jesús, presenta el libro.

“Es un claro guiño ya desde el título a ‘Las Desventuras del Joven Werther’ de Goethe. Va en clave grotesca desde el principio. Por otra parte, el subtítulo que le puso Klíma es ‘Un Romanetto Grotesco’, o sea, por un lado un romanetto que es un género que mezcla lo fantástico, y además, grotesco. Claro, uno ve la cubierta, algo que invito a hacer en la página web de la editorial Libros del Silencio, y quizá se espera una cosa más seria”.

Klíma describe a su personaje en el libro como “uno de los más prominentes dignatarios del Imperio alemán a comienzos del siglo XX quien, sin duda alguna, se habría convertido en el sucesor de Bismarck”.

Su fulgurante carrera, eso sí, se ve truncada con 33 años, cuando toma por esposa a Helga-Daemona, de 17 años, “una figura tan escuálida que asustaba; un semblante de una repulsiva lividez, casi blanco, macilento. Parecía un cadáver accionado por un mecanismo” siguiendo el propio relato que hace el príncipe sobre el primer encuentro con su prometida. “En definitiva, se me revolvió directamente el estómago nada más posar mi mirada en ella”, sentencia Sternenhoch.

Chocantes confesiones las del príncipe en sus supuestos diarios, que son los que en primera persona van detallando sus desgracias.

Foto: Libros del Silencio
‘Las Desventuras del Príncipe Sternenhoch’ es un compendio de influencias y tendencias propias de la época en la que fue escrito, a principios del siglo XX, continúa Patricia Gonzalo.

“Hay varios ejes. Por un lado es un poco parodia de ‘Las Desventuras del Joven Werther’, porque hay una historia de amor imposible, pero llevada a lo más ridículo. Otro de los ejes es que es un romanetto, una novela de carácter gótico, que en cierto modo está muy inspirada en los clásicos de la novela de terror, en Hoffmann, en Poe, en Maupassant. O sea, es una novela gótica, pero a la vez una novela satírica en la que critica a la nobleza y el Ejército de su época, a la clase política… y en el plano moral, claramente las debilidades y las miserias humanas, los valores establecidos. Es una mezcla de filosofía y ficción por un lado, y por otro una mezcla de tradiciones muy diferentes, y todo eso impregnado de filosofía nietzscheana”.

La faceta filosófica de la obra supuso uno de los mayores retos del libro para su traducción, explica Patricia Gonzalo de Jesús.

“La obra de Klíma está impregnada de toda su teoría filosófica, que es heredera de la filosofía de Nietzsche, del voluntarismo. Hay mucha terminología filosófica, inventada por el propio Klíma para sus propósitos y que no está traducida al español en ningún caso, así que hubo que inventarla directamente”.

Ladislav Klíma, nacido en el verano de 1878 en Domažlice, cerca de la frontera con Alemania, fue polémico desde muy joven. Del liceo de su ciudad natal fue expulsado por insultar a la monarquía de los Habsburgo en una clase. Tuvo que terminar sus estudios en Zagreb, capital de Croacia.

Su vida fue un tanto esperpéntica, como la de los protagonistas de ‘Las Desventuras del Príncipe Sternenhoch’. Nunca buscó un trabajo estable ni una residencia fija, alternando sus estancias entre el Tirol, Zurich, Železná Ruda en las montañas de Šumava, y Praga.

Como autor fue muy polifacético y tocó todos los géneros, pero era ante todo un filósofo, dice Patricia Gonzalo de Jesús.

“No solo fue autor de narrativa, básicamente fue filósofo y autor de ensayo. Pero esa filosofía suya la aplicó tanto a sus obras de teatro como a sus ficciones. Su filosofía, que es una reelaboración personal de los postulados de Nietzsche y Schopenhauer, se basa en un individualismo radical. Es una especie de defensa del voluntarismo y el superhombre nietzscheanos llevada al extremo”.

La complejidad de elementos estrambóticos en ‘Las Desventuras del Príncipe Sternenhoch’ solo se puede entender viniendo de alguien tan extravagante como Klíma. En vida apenas se publicaron obras suyas y sin embargo, su filosofía que dejó como legado es de un valor incalculable para las letras checas.

“Lo curioso es que aunque esa filosofía sirve de columna vertebral de su obra, al final en un ataque de ira la destruyó. Y sin embargo, a pesar de ser un ‘outsider’ dentro de las corrientes literarias de su época, se convirtió en la inspiración para muchos autores de los que consideramos esenciales de la novela checa del siglo XX, como Bohumil Hrabal o Milan Kundera. Otra cosa que puede resultar atrayente del autor, es lo excéntrico del personaje. Sus últimos años los pasó viviendo en unas condiciones muy malas, básicamente abrillantando zapatos, más o menos alcoholizado y un detalle que le ha encantado al editor es que comía gusanos”.

Ladislav Klíma murió cuando no había cumplido ni los 50 años y de tuberculosis como muchos otros de los bohemios de la época. Era tan pobre que el escritor Karel Čapek decía de él que a su lado, Diógenes El Perro, en su barril, era como un propietario.

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