Empresa OHL ŽS recibe ultimátum del Ministerio de Transportes
La empresa constructora que realiza los trabajos de modernización de la autopista D1 recibió un ultimátum del Ministerio de Transportes. En caso de no continuar las obras, el Estado checo rescindirá este jueves el contrato. La compañía OHL ŽS se defiende diciendo que surgieron diferencias entre la realidad del terreno y las especificaciones técnicas.
El ministro de Transportes, Zdeněk Žák, declaró en su momento en la Televisión Checa (ČT) que trataría de instalar cámaras para controlar el avance de las obras, pero de nada sirvió.
La empresa constructora redujo el ritmo de los trabajos justificando que toparon con problemas que elevan los costes de las obras. Tras un áspero tire y afloje, el ministro Žák parece haber perdido la paciencia y lanzó un ultimátum.
El ministro puso a la empresa OHL ŽS contra las cuerdas y reconoció que prefiere parar los trabajos en el tramo en cuestión que pagar más de lo acordado.
El portavoz de la compañía, Pavel Kočiš, asegura que en el tramo Lhotka-Velká Biteš el terreno tiene otras particularidades que requieren un trabajo diferente.
“De acuerdo con pruebas realizadas por los expertos, las características del arcén no corresponden a lo indicado en la documentación técnica. Y debido a esta razón no pueden continuar los trabajos como se creía en un principio”.
No obstante, esto representará un atraso en los trabajos de modernización de la autopista que ya tiene crispados los nervios de los conductores. La idea de construir una autopista entre Praga, Brno y Ostrava surgió en los años 30 del siglo pasado. La anexión forzada de la región de los Sudetes al Tercer Reich cambió los planes originales, la construcción se puso en marcha pero sin el entusiasmo del inicio.
En 1942 los nazis cancelaron los trabajos, y no fue hasta después de finalizada la Segunda Guerra Mundial que se reiniciaron, pero debido a la llegada de los comunistas al poder en 1948 el proyecto se vino abajo.
La mayor autopista checa tiene actualmente 377 km, pero ya no cumple con las exigencias del momento. El número de automóviles ha aumentado vertiginosamente y la carretera no fue construida para circular a altas velocidades, por lo que el Estado optó por su modernización.
