Científicos checos perfeccionan la vacuna contra la tos ferina
Un equipo de científicos checos ha patentado un nuevo método para perfeccionar la vacuna contra la tos ferina. El nuevo procedimiento impide a las bacterias de la enfermedad debilitar el sistema inmunitario del paciente.
Los científicos checos lograron neutralizar el veneno de la bacteria por medio de modificaciones genéticas.
A pesar de que los expertos checos se dedican a la investigación de la bacteria de la tos ferina desde hace muchos años, lograron el descubrimiento por coincidencia, según reconoció el profesor Peter Šebo, del Instituto Microbiológico de la Academia de Ciencias.
“Se trata de un afortunado producto secundario de las investigaciones. No es que estuviéramos buscando una cosa totalmente diferente, pero la investigación centraba su atención en otros aspectos de la observación. Pero resultó que ésta era idónea para complementar los antígenos de la vacuna”, señaló.El número de contagiados que padecen tos ferina va en aumento recientemente. El año pasado en Chequia, sufrieron esa enfermedad 1.237 personas, una cifra similar a la de los años 60 del siglo pasado. En lo que va de año, lo médicos del país han registrado 740 personas contagiadas.
Los expertos advierten que en los próximos diez años, hasta que se empiece a utilizar esta nueva vacuna más eficaz, el número de enfermos podría incluso multiplicarse por diez.
“Hay que preparar a la sociedad para el hecho de que en el futuro no evitaremos una epidemia de tos ferina”, advirtió Šebo.
En Chequia la vacunación es obligatoria para los niños. La revacunación de adultos es voluntaria, aunque se está barajando la posibilidad de volver a imponérsela a los mayores de edad en las familias con niños recién nacidos, según señaló el presidente de la Asociación Checa de Vacunología, Roman Prymula.“Se está considerando la posibilidad de que en caso de que nazca un bebé, se vacunarían los padres y los abuelos para crear un espacio de protección alrededor del niño para que no se contagie”, dijo.
Una parte de los exámenes a los que fue sometida la nueva vacuna se realizó en el Instituto Pasteur de París que es copropietario de la nueva patente.
En caso de pasar todos los test clínicos y de registro, la nueva vacuna podría ser lanzada al mercado dentro de siete años.