La tosferina ha regresado a Chequia
La tosferina ha reaparecido en la República Checa. El Instituto Nacional de Salud Pública ha confirmado más de 760 casos desde enero, una cifra superior a la registrada a lo largo del año pasado.
El regreso de la tosferina ha hecho sonar las alarmas en Chequia y varios países de Europa. El riesgo de infección es uno de los más altos después del sarampión. Los especialistas checos temen que el número de enfermos se dispare a 1000 a finales de año.
Entre las causas se encuentra el hecho de que la bacteria de la tosferina cambia muy rápido, se fortalece antes de que se desarrolle una vacuna nueva.El viceministro de Salud Roman Prymula dijo a la Radio Checa que, al menos por el momento, no se cuenta con una vacunación masiva de la población.
“Después de pasados cuatro o cinco años las personas necesitarán de una nueva vacuna. No tiene sentido vacunarlos cada cuatro años hasta el día de su muerte. Las vacunas que tenemos no son lo suficientemente fuertes para prevenir la propagación de enfermedad entre la población”.
Esto no quiere decir que no se tomen medidas, porque se ha demostrado que los niños vacunados, aunque se contagien, llevan mejor la enfermedad, de manera más leve.
En la lucha contra la tosferina y otras enfermedades los médicos topan con padres opuestos a las vacunas. Sostienen que temen efectos secundarios o argumentan que el organismo de los niños es muy frágil para recibir determinadas vacunas.
La pediatra Ilona Hülleová dijo a la Radio Checa que los niños pequeños se encuentran entre los más vulnerables y que la mejor manera de protegerlos es con una vacunación adecuada, como la hexavalente.De acuerdo con la médica se trata de una vacuna más segura, porque la cantidad de antígenos es significativamente menor, las vacunas anteriores fueron mucho más agresivas, indicó.
Pero según la epidemióloga Kateřina Fabiánová del Instituto Nacional de Salud Pública, la seguridad de la vacuna ha aumentado, pero a expensas de su efectividad. La vacuna actual puede proteger contra infecciones durante un máximo de seis años.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Médicos de Cabecera, Petr Šubrt, recomienda que se vacune toda la familia cuando se está esperando el nacimiento de un bebé.
“Una opción puede ser la aplicación de una vacuna triple contra la tosferina, el tétanos y la difteria. De esta manera se reduce el eventual contagio del niño en caso de que en su entorno se encuentre un portador de la enfermedad”.Volviendo al problema original, las dificultades del momento derivan del elevado número de personas contagiadas con tosferina. Las bacterias se fortalecen y desarrollan más rápido que las vacunas. En caso de que un niño con tosferina llegue a la escuela las estadísticas han demostrado que contagiará al 90% de sus compañeros de clase.
La tosferina se encuentra únicamente en los seres humanos y se transmite de persona a persona cuando el enfermo tose o estornuda. Los bebés pueden contraerla de personas mayores que no saben que son portadores de la bacteria.