Un millón y medio de personas, al borde de la pobreza en la República Checa

Foto: Comisión Europea

Más de 140.000 personas se hallan en la pobreza en la República Checa, y el número de los que pueden caer en ella en cualquier momento supera el millón y medio, según los últimos datos del Instituto Checo de Estadística. A pesar de todo Chequia sigue siendo un país económicamente igualitario en el marco europeo y las nuevas cifras no indican un empeoramiento de la situación.

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De acuerdo con los datos recabados por el Instituto Checo de Estadística en 2013, en Chequia se encuentran amenazados por la pobreza y la exclusión social un millón y medio de personas, es decir, casi el 15% de la población. Para hacer este cálculo se han tenido en cuenta tres factores: escasez de ingresos, privación material y desempleo. El número de individuos que se encuentran incluidos en las tres categorías y están, por tanto, en la pobreza, asciende a 140.200.

Los resultados son, a pesar de las apariencias, positivos, asegura Lenka Zlámalová, articulista del portal Echo24.cz.

“Esta información, en un contexto internacional, quiere decir que somos la sociedad más igualitaria de Europa. La cantidad de pobres, medida en el promedio de desigualdad de la sociedad, a partir de los ingresos, es menor que en Escandinavia, Francia, Alemania o Suiza. Las tres categorías juntas comprenden un 15,6% de la población, que es la cifra más baja de toda la Unión Europea”.

Concretamente, en cuanto a ingresos, se consideran amenazadas por la pobreza las personas que en 2013 ganaron menos de 9.674 coronas al mes, es decir, 352 euros, el 60% del sueldo medio, aunque el baremo a aplicar depende de la cantidad de miembros de la unidad familiar. En caso de una pareja con un hijo adolescente y un niño, por ejemplo, la cifra límite es de 810 euros mensuales. Según el estudio, no alcanzan este mínimo vital unas 886.000 personas, el 8,6% de los checos.

Se trata de un porcentaje menor que en 2012, cuando alcanzó el 9,6%, pero aun así existen indicios de preocupación, al constatarse que mientras que los ingresos nominales no han dejado de aumentar desde 2009, los reales, comparados con el nivel de vida, se vienen reduciendo desde 2011.

El principal motivo es el incremento del precios de los alquileres y de los gastos en vivienda en general. Mientras que en 2009 los checos invertían en su residencia el 17% de sus ingresos, en 2013 la proporción había ascendido al 19%. De hecho el 28,7% de la población, según datos del Instituto Checo de Estadísticas, tiene grandes problemas para hacer frente a los gastos de su vivienda, y el 63,5% reconoce que le causa ciertas dificultades.

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El estudio revela además la dependencia de las clases más desfavorecidas respecto a la ayuda estatal. Una cuarta parte del dinero que llega a los hogares procede del sistema de seguridad social, en forma de subsidios y sobre todo de pensiones.

Precisamente es la revalorización de las pensiones el principal motivo de que estadísticamente no se haya notado tanto la caída de los ingresos reales. Mientras que en 2008 los dos quintos más pobres de los jubilados cobraban entre 290 y 360 euros mensuales, en 2013 este grupo pasó a contar con entre 360 y 440 euros al mes.

Sin trabajo y con carencias materiales

Evidentemente, el trabajo es determinante para alcanzar el mínimo de subsistencia. De los considerados como personas de bajos ingresos, el 45% de ellos está desempleado, mientras que de los empleados solo entra en este grupo el 3%. Esto enlaza con el segundo de los indicadores utilizados por el Instituto Checo de Estadística, el de la intensidad de trabajo.

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Se considera que está suficientemente empleada la persona que trabaja al menos una quinta parte del año, una condición que no cumplen 541.000 personas en la República Checa en edad laboral.

El tercer indicador es la llamada privación material, que el Instituto mide a partir de la posesión de cuatro de nueve lujos materiales, en los que entran objetos como auto o lavadora, la capacidad de pagar una hipoteca o un alquiler, irse de vacaciones una semana o comer carne tres veces por semana.

En este caso nos encontramos con que 678.000 personas sufren en Chequia de carencias materiales. El estudio saca además a la luz datos reveladores. Mientras que en 2009 el 32% de las familias no podía hacerse cargo de un gasto imprevisto de 300 euros, en 2013 la cifra era del 36%. Un 52% de las personas que viven solas no podrían asumir este desembolso improvisado, cuando en 2009 la cifra era del 50%.

En otros capítulos la situación es sin embargo mejor. El 40% de los hogares checos no podía pasar el año pasado una semana de vacaciones en el extranjero, una cifra menor que el 44% de 2012.

Motivos para sentirse pobre

Un complemento importante a los datos proporcionados por el Instituto Checo de Estadística es la percepción subjetiva de la población acerca de su bienestar material. Según la agencia Stem-Mark, actualmente entre un 5 y un 7% de los checos se consideran a sí mismo pobres de forma más o menos estable en el tiempo. Un tercio de la población admite atravesar dificultades económicas importantes.

Estos datos adquieren una nueva dimensión si tenemos en cuenta que alguien que se siente económicamente débil se comportará consecuentemente, por ejemplo en sus hábitos de consumo, aunque según ciertos criterios objetivos no sea pobre.

Jan Tuček, de la mencionada Stem-Mark, señala la importancia del contexto social y económico, que marca siempre las expectativas y la percepción subjetiva de lo que es riqueza y pobreza.

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“Hemos vivido varios años en los que decíamos que había crisis. Stem-Mark utiliza un indicador que usamos de vez en cuando que es el de satisfacción. Preguntamos a la gente si está contenta, y en 2012 por fin los datos mostraron que la realidad se encontraba con las expectativas. Durante mucho tiempo se desarrolló esa sensación de expectativa negativa que durante los cinco años de crisis llegó a duplicarse. Y todo a pesar de que las cifras macroeconómicas eran estables. Lo interesante es que el nivel material de la mayor parte de las familias crece, y surge la llamada privación material relativa. La gente tiene sensación de pobreza, pero esta aparece porque al crecer el nivel de vida, la gente quiere cada vez más”.

Hablando de percepciones subjetivas, el estudio del Instituto Checo de Estadística recoge a su vez que tres cuartas partes de los checos se halla en general satisfecho con su vida, especialmente en lo que respecta a las relaciones personales y a la vivienda.

Autor: Carlos Ferrer
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