México liberaliza su mercado energético, una oportunidad para las empresas checas
Las empresas energéticas checas como ČEZ tienen ahora en México un mercado virtualmente virgen donde expandirse. El embajador mexicano en Praga, Pablo Macedo, ha destacado las nuevas posibilidades del país tras la reciente liberalización del sector energético mexicano.
Tras la Revolución Mexicana los recursos energéticos pasaron a ser considerados propiedad del Estado, que pasó a tener monopolio sobre su usufructo. Esto se materializó en la creación de las empresas estatales Petróleos Mexicanos (PEMEX) y Comisión Federal de Electricidad (CFE). El modelo sin embargo empezó a ser considerado como agotado durante las últimas décadas y, tras varios tenues intentos, el gobierno actual de Enrique Peña Nieto ha procedido a su definitiva sustitución por un modelo de libre mercado.
Esta liberalización viene justificada, según resaltó Pablo Macedo en rueda de prensa, por el lastre al desarrollo del país en el que Pemex se había convertido.“Pemex ya no tiene capacidad. Es una compañía muy antigua, no siempre bien administrada, hay que decirlo, y que ha visto decrecer su producción y eficiencia. Pemex estaba por supuesto concentrada en los negocios más provechosos, es decir, la exploración y la producción de petróleo, en lugar de construir infraestructuras para refinar y expandir sus capacidades tecnológicas. Los datos demuestran que la producción de energía estaba por debajo de sus posibilidades. Las importaciones de gas pasaron del 5% del consumo en 1997 al 29% en la actualidad. Las importaciones de gasolina pasaron del 25 a 45%. Los productos petroquímicos del 41 al 75%. Importar tanto cuando somos un país productor era un poco extraño”.
Algo parecido sucede con la electricidad. Bajo la gestión de CFE la red de distribución probó ser ineficiente, anticuada y sobre todo cara. El precio del kilovatio es en México un 25% más caro que en Estados Unidos, un 73% si tenemos en cuenta las subvenciones públicas a la electricidad.Ahora, tras la aprobación de las leyes secundarias que completan el paquete de reforma constitucional aprobado el año pasado, Pemex y CFE seguirán existiendo pero dejarán de tener monopolio sobre la prospección, explotación, transporte y distribución de energía, pasando a competir directamente con cualquier empresa privada en las licitaciones públicas que el Estado vaya emitiendo.
Nuevas oportunidades de inversión
México, con 120 millones de habitantes e infraestructuras energéticas necesitadas de urgente modernización, se convierte así en una golosina para empresas checas energéticas de calibre, como el gigante ČEZ, ČEPS o la compañía de petróleo y gas natural MND, entre otras, destaca Macedo.
“Esperamos que lleguen inversores de todo el mundo, incluyendo por supuesto de la República Checa. Tenemos además preferencia por las compañías checas, sabemos que han estado esperando durante décadas. Estaremos encantados de que vayan a México y se involucren en el proceso. Todo el que esté interesado puede participar en las licitaciones y optar a una parte del negocio”.Las empresas privadas participantes se encontrarán con la competencia de Pemex, que cuenta con zonas de explotación exclusivas y que como compañía local conoce el mercado, pero que es inferior tecnológicamente y que por tanto necesitará renovarse para competir, lo que también es otra oportunidad de negocio.
México opta por la liberalización cuando otros países latinoamericanos, como Argentina o Bolivia, cambian su modelo hacia la nacionalización de recursos. A propósito de Argentina, Macedo descarta cualquier episodio del tipo vivido por la multinacional española Repsol en este país del Cono Sur, y recuerda que la reforma viene acompañada de un marco legal especialmente diseñado para evitar movimientos turbios por ambas partes.“Tenemos nuevos mecanismos de transparencia, de responsabilidad. Pemex no era responsable ante nadie, hacían lo que tenían que hacer sin dar cuentas a nadie. Ahora hay nuevos mecanismos para saber lo que está pasando, lo que permitirá atajar la corrupción”.
¿Hacia un México más próspero?
El aprovechamiento de los recursos energéticos, especialmente del petróleo, es en México un asunto de importancia histórica, al haber estado su explotación durante buena parte del siglo XIX y parte del XX en manos de compañías británicas cuyo comportamiento distaba bastante de los intereses nacionales.
Es por esto que el mayor reto de la reforma, conseguida gracias a un pacto de Estado con la oposición, será convencer a la opinión pública de su conveniencia. Pablo Macedo insiste en que los recursos siguen siendo estatales, y que se trata solo de organizar concesiones para la realización de ciertos servicios.
“Es un tema muy importante para la mentalidad mexicana. La reforma reafirma la propiedad pública de los hidrocarburos y el papel del Estado en la industria energética. Los mexicanos, desde que el petróleo fue nacionalizado en 1938 y la electricidad en 1961 tenemos este sentimiento, profundamente enraizado, de que los recursos energéticos son nuestros, que pertenecen a la gente y no a compañías privadas. Así que se tuvo que romper el tabú y decir que no, que no estaba funcionando de manera eficiente, y que había que permitir la participación del sector privado, dejando claro sin embargo que los recursos pertenecen al Estado, a la gente”.La nueva legislación también trata de evitar el descontento social salvaguardando los derechos de los trabajadores de Pemex, que conservarán sus puestos de trabajo.
De acuerdo con el embajador, los efectos positivos del fin del monopolio estatal se dejarán sentir con fuerza en un horizonte de 10 años.
“En la producción de gas hay un salto importante. Ahora producimos 5.700 millones de pies cúbicos, que pasarán, esperamos a 10.000 en 2025, con lo que se duplicará la producción. La producción de petróleo también se prevé que crezca, pero más modestamente. Esto llevará a un crecimiento del PIB de un 1% adicional, 2% en 2025. También esperamos atraer 12.600 millones de dólares en inversión extranjera. Se crearán nuevos puestos de trabajo, medio millón más para 2025, y esperamos que bajen los precios de la energía".
La reforma hace además hincapié en la sostenibilidad y el aspecto medioambiental. Se espera que con la liberalización se reduzca el consumo de petróleo a favor del de gas natural y que se abran las puertas a las energías renovables.