Los jubilados checos no trabajan, porque nadie les motiva
La aplastante mayoría de los jubilados checos deja de trabajar completamente al recibir la pensión de vejez, a pesar de que siguen teniendo buena salud y la situación en el mercado laboral también es favorable. Según ha demostrado un reciente estudio, los jubilados no trabajan, simplemente por no tener motivación alguna para hacerlo.
El motivo del reducido número de pensionados que trabajan es la costumbre de dejar de hacerlo a la edad dada por ley y la insuficiente motivación para continuar profesionalmente activos. Entre el 60% y el 70% de los jubilados checos afirma que abandonaron el trabajo de forma voluntaria, sostiene el economista Jiří Šatava del instituto CERGE.
”Los resultados del reciente estudio realizado por nuestro instituto confirman que la mayoría de las personas se jubila al alcanzar la edad de jubilación estipulada por ley. Es un estereotipo aquí que eso es normal. Además, esas personas tienen garantizada una pensión de vejez, independientemente de que sigan trabajando o no, lo que también reduce su motivación al trabajo”.De un total de 3 millones de jubilados que hay en la República Checa siguen trabajando sólo unos 150.000. El Estado debería motivar a las personas de la tercera edad a que sigan activas en lo profesional, porque también él pierde así millones de euros en impuestos, indica Jiří Šatava.
”Una de las formas de motivación sería el aumento de la pensión de vejez por cada año de seguir trabajando después de jubilarse, así como la reducción de la suma a pagar en su seguro social. No menos importante considero una mayor rebaja impositiva para los trabajadores jubilados. Todo esto permitiría incrementar los ingresos de esas personas, lo que sería una gran motivación para que no se conformen con su pensión de vejez y sigan trabajando mientras puedan”.
Por el momento, no obstante, más que el tema de los trabajadores jubilados, a los órganos oficiales checos les preocupa el gran número de desempleados entre las personas mayores de 50 años y más, o sea en edades relativamente lejos todavía de pensionarse. Uno de cada tres checos mayores de 50 años no tiene trabajo y entre las personas mayores de 55 años más del 30% están cesantes. A la vez, el 62% de los ciudadanos checos temen que la jubilación no les alcance para vivir y afirman que quieren seguir trabajando.