Chequia dice no a una Europa de dos velocidades
La declaración conjunta de los Veintisiete de este sábado en Roma satisface los intereses de la República Checa, según su primer ministro, Bohuslav Sobotka. Chequia, junto al resto de los países del V4, forzó un documento sin referencias a una Europa de dos velocidades.
En cuestiones de seguridad se habló de una frontera externa más fuerte y de mayor cooperación en lucha antiterrorista, mientras que en el tema de política exterior se incidió en estrechar relaciones con el norte de África y Oriente Medio. Se constató también interés en mejorar el mercado único y en aplicar políticas sociales.
El primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, se mostró satisfecho con esta renovación del Tratado de Roma.
“La declaración tiene mucho más peso. Los checos hemos participado de forma muy activa en ella. Me gustaría recordar que hace tiempo hicimos una declaración conjunta en este sentido con los países del V4, donde los miembros expresaron sus demandas básicas al texto de la declaración de Roma. Y puedo decir que la declaración que he firmado contiene las prioridades de la República Checa”.
En concreto, Sobotka se refería a la exigencia del grupo de Visegrád, del que forma parte Chequia, de que en la declaración no hubiera ninguna referencia a una Europa de dos velocidades. Es decir, que no se abrieran las puertas a la formación de una Unión Europea doble, con principios distintos para el Este y el Oeste.En su lugar, la declaración habla de diferentes tempos e intensidades, según las necesidades de cada país, en alcanzar los objetivos comunes de la Unión. Una formulación que llegó al documento por presión del V4 y especialmente por parte de Polonia.
En la práctica, sin embargo, los expertos advierten que ya existe una Europa de dos velocidades, dividida entre los países dentro de la Eurozona, que van por un camino más rápido a la integración económica, y los que permanecen con sus monedas nacionales, como es el caso de la República Checa.
El Papa podría visitar Chequia
Aprovechando su presencia en la capital italiana, Bohuslav Sobotka mantuvo conversaciones con el Papa Francisco, a quien invitó a visitar la República Checa. La intención del mandatario es que el Sumo Pontífice llegue al país en junio, con motivo de la conmemoración del 75 aniversario de la destrucción de la aldea de Lidice. La localidad fue arrasada por los nazis, y sus habitantes ejecutados, como represalia por el asesinato del dirigente alemán del Protectorado de Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich.Sobotka continuó así el trabajo de la diplomacia checa y del mismo presidente del país, Miloš Zeman, que lleva desde 2015 invitando al Papa sin resultado. El último Papa que visitó la República Checa fue Benedicto XVI en 2009, quien ofreció sendas misas al aire libre en Brno y en Mladá Boleslav. Anteriormente, en 1997, visitó Chequia Juan Pablo II.