Tribunal británico absuelve al hombre que mató a un checo a cadenazos
La República Checa está insatisfecha con el fallo de un Tribunal británico que dejó en libertad al principal sospechoso de la muerte violenta de un ciudadano checo. El Ministerio de RR.EE. envió una nota a Londres expresando su malestar, al tiempo que solicitó la documentación relevante del caso.
El primer paso de Zaorálek fue citar esta semana a la embajadora del Reino Unido en Chequia, Jan Thompson, para expresarle el malestar de Praga por la sentencia.
Consultado por la Radiodifusión Checa, el abogado Jan Nedvídek, checo residente en Gran Bretaña, expresó que no esperaba que el Tribunal fallara a favor del sospechoso.
“El veredicto nos ha sorprendido a todos. Estábamos convencidos de que el peso de las pruebas era suficiente. Mi interpretación de lo ocurrido es que existió cierta duda, aunque mínima, de que realmente el agresor actuó en defensa propia, y por eso el Tribunal decidió absolverlo”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha optado por ejercer la mayor presión posible. El ministro Zaorálek habló directamente con su homólogo británico, Boris Johnson, durante la Conferencia sobre Siria celebrada en Bruselas, y expresó el desacuerdo de Praga con la liberación del agresor.
La campaña iniciada por Zaorálek es de gran valor simbólico, solidario, y da a entender que al oficialismo le preocupan sus ciudadanos. Pero de acuerdo con el abogado Nedvídek, se trata de un asunto que maneja la Justicia y no la política.“El desarrollo de los acontecimientos dependerá de la fiscal, respectivamente de las autoridades británicas. La fuerza política no puede ni debe intervenir”.
Haciendo uso de los instrumentos que pone a disposición el Derecho Internacional, el Ministerio de RR.EE., envió a Londres una nota diplomática pidiendo acceso a todos los documentos relevantes del caso, así como el texto de la sentencia.
El ministro Zaorálek dijo que desea que se descarte toda duda que sugiera que la muerte del ciudadano checo tuvo como trasfondo su origen. Para la opinión pública checa, y para los residentes en el Reino Unido, resulta muy importante saber que debido a su procedencia no corren peligro.
Raymons Sculley, de 29 años, agredió a un ciudadano checo con una cadena y un candado de seguridad, asestándole varios golpes en la cabeza, causándole la muerte.
En Reino Unido viven actualmente alrededor de 40.000 checos.