Un sábado negro acaba con nueve muertos en las carreteras checas

Foto: ČTK

El sábado recién pasado se inscribió como uno de los más trágicos en las carreteras checas. Un total de nueve personas perdieron la vida en accidentes. Entre los fallecidos hay conductores de coches, motocicletas, ciclistas y transeúntes.

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Con la llegada del verano las carreteras checas se vuelven más peligrosas. El buen tiempo anima a muchos conductores ocasionales a tomar sus coches y salir de paseo.

La falta de experiencia les convierte, muchas veces, en una amenaza para los demás. No reaccionan de manera adecuada y rápida, al tiempo que su inseguridad a la hora de conducir altera la fluidez de la circulación general y segura.

Los números negros del sábado, con un total de nueve fallecidos en carretera, han puesto a sonar las alarmas de la seguridad vial, puesto que en los últimos 14 días el número total de muertos en carretera es de casi 40 personas.

Las autoridades y los expertos en la materia coinciden en que uno de los factores negativos han sido las altas temperaturas del fin de semana, tal como indicara Martin Farář, de la Agencia de Seguridad Vial (BESIP).

Martin Farář,  foto: ČT
“No nos concentramos lo suficiente. El calor nos adormece, o por el contrario las altas temperaturas hacen que algunos conductores se comporten de manera temeraria y agresiva”.

Para los días de calor, el experto recomienda concentración máxima a la hora de conducir, pausas más seguidas para consumir líquidos y no menospreciar las capacidades individuales.

Al igual que todos los años, la Policía de Tráfico efectuará operativos en carretera. Controlarán el estado técnico de los vehículos, se harán pruebas de alcohol y drogas, así como patrullajes de prevención para obligar a los conductores a respetar la velocidad máxima permitida.

Foto: Michal Hrdlička,  el Cuerpo de Bomberos de Ústecký kraj
Los expertos en seguridad vial señalan que otra de las dificultades para este verano son las reparaciones de las carreteras en todo el país. El largo invierno ha deteriorado mucho las vías que requieren de mantenimiento y esto se traduce en reducciones, desvíos y muchos embotellamientos, que ponen nerviosos a los conductores.

En términos generales, la situación en las carreteras checas se ha vuelto más complicada. La densidad del tráfico ha empezado a crecer de tal manera que casi ya no vale aquello de que los fines de semana hay menos coches en carretera.

De acuerdo con estadísticas oficiales, el número de coches en las carreteras nacionales aumentó el año pasado en alrededor de 210.000 hasta llegar a 5,37 millones, para una población de un poco más de 10 millones de personas.

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