Los ‘Estados Unidos de Europa’ no son un asunto real, al menos ahora
El ministro de RR.EE. checo, Lubomír Zaorálek, considera que el debate sobre los “Estados Unidos de Europa” no es el tema del momento.
Auguró que no afectará a los estados nacionales ya que se convertirá en un complemento. De acuerdo con el político socialdemócrata, los estados nacionales ya no están en condiciones de solucionar una serie de problemas, por lo que la integración resulta indispensable.
Consultado por la Televisión Checa, el ministro de RR.EE., en dimisión, Lubomír Zaorálek, explicó que el discurso de Schulz era un mensaje para sus electores y no para los europeos.
El ministro checo está convencido de que existen problemas más inmediatos que atender, antes de enfrascarse en la edificación de una federación europea.
“Creo que se trata de una declaración para Alemania, a partir de ahora los alemanes prestarán atención a un gran tema. Es algo que está lejos de la realidad. Debemos trabajar en la cohesión y la convergencia, en los problemas entre el Este y el Oeste. Tenemos mucho trabajo por delante”.
Para el vicepresidente de la Eurocámara, Pavel Telička, la Unión Europea debe resolver asuntos más candentes, y que sin duda la federación puede esperar.
“A título personal considero que no se trata de una propuesta real. Es uno de tantos temas llevados a debate. Lo que sí es real es que antes y después de la cumbre de diciembre empezará una nueva fase de debates fundamentales sobre el futuro desarrollo de la Unión Europea”.
“Después de la consolidación de la Unión Europea, hecho que muchos políticos checos todavía no han registrado, es legítimo mirar qué problemas tenemos sobre la mesa, y determinar si su solución es nacional o debe llevarse al nivel de la Unión Europea”.
El líder socialdemócrata alemán, Martin Schulz, considera que la federación, basada en la Unión Europea, tendría un Ministro de Finanzas y un presupuesto para la moneda común.
Los países se enfrentarían de mejor manera al cambio climático, el terrorismo, al tiempo que funcionaría como una herramienta para regular la globalización, y todo respaldado por un tratado constitucional, una especie de Constitución europea.
