Pablo González, la experiencia de un futbolista español en Chequia
Detrás de cada fichaje de un futbolista extranjero, está la historia de una persona intentando adaptarse a un nuevo país, y que se enfrenta cada día a nuevos retos y experiencias. Sobre este tema hablamos en Radio Praga con el futbolista español Pablo González.
Aunque el fútbol checo no es del todo desconocido para los futbolistas españoles, no abunda la presencia de estos en la liga de fútbol de la República Checa.
Es por ello que siempre es noticia cuando un equipo local ficha a algún jugador español. Ese fue el caso de Pablo González (1993), quien reforzó la plantilla del Dukla Praga, de la primera división checa, en este último mercado de invierno.En Radio Praga pudimos hablar con él sobre su adaptación tras los primeros meses, la marcha actual del equipo y su visión del fútbol checo, pero también compartió con nosotros la experiencia de un extranjero que intenta adaptarse a un país diferente.
Para Pablo González la temporada 2018/2019 comenzó en el Salamanca CF, de la 2ºB española, sin embargo, a mitad de temporada el Dukla Praga manifestó interés en su fichaje y se puso en contacto con él.
“Estaba jugando en el Salamanca y me llegó una llamada de que había un club interesado, en este caso el Dukla, y que querían hacer una propuesta para poder irme en invierno. A mí me pareció una buena oportunidad para jugar en primera división aquí”.Aunque el Dukla no está teniendo uno de sus mejores años - en este momento lucha por evitar el descenso-, Pablo González destaca que la experiencia está siendo positiva.
“La experiencia está siendo buena. Los resultados en conjunto con el equipo no están siendo como esperaba, pero individualmente, al final llevo 11 partidos disputados, creo que me he adaptado bastante bien a la liga y al grupo de compañeros, y en ese sentido estoy contento”.
Para un espectador acostumbrado al fútbol español, donde la posesión del balón y la estrategia de las jugadas tienen un gran valor, al principio puede resultar chocante el fútbol checo, donde hay un juego muy físico y de correr hacia adelante, a menudo sin madurar las jugadas lo suficiente.
Como señala Pablo González, a pesar de que este fútbol no destaque por el lado estratégico, ofrece un espectáculo interesante al espectador, con muchas oportunidades en cada portería.
“El fútbol checo para los aficionados creo que es muy entretenido, porque son partidos muy abiertos donde todos los equipos tienen oportunidades a lo largo del partido, los equipos se abren mucho, son partidos muy de ida y vuelta, muy físicos, y creo que para el espectáculo eso siempre es positivo. Sí que es verdad que, desde mi punto de vista y como jugador, le falta un pelín de control, porque hay muchos equipos que no tienen el control del juego y al final eso conlleva que te hagan ocasiones de gol”.Aunque por otra parte, esa alta exigencia física, unida a una fuerte intensidad de los entrenamientos, otorga a los jugadores una buena condición, prosigue.
“Hoy en día, el fútbol cada día es más físico, hay más intensidad en los partidos, se corre más kilómetros, y creo que en ese sentido esta es una buena liga para tener una buena condición física”.
González menciona también el hecho de que jugar en un equipo que está en la parte baja de la tabla exige mucha concentración mental. Cuando los resultados no salen es más fácil venirse abajo, y eso requiere mucho trabajo psicológico interno.
Por otro lado, no todo el mundo estaría dispuesto a abandonar lo que conoce para ir a un país desconocido y con un idioma totalmente ajeno para los hablantes hispanos. Pero como nos explica González, sentía que esta oferta era un tren que no podía dejar escapar.
“Me considero una persona bastante ambiciosa, por eso salí de mi zona de confort de la 2ºB en España, que al final llevaba siete temporadas ahí. Quería dar el salto, madurar más como futbolista, aprender, vivir una experiencia, y mi idea es intentar trabajar día a día, ir mejorando para que lleguen nuevos retos y nuevas experiencias y pueda seguir creciendo en mi carrera”.Además, afirma que aparte de en el sentido futbolístico, cree que esta experiencia también le permitirá crecer personalmente.
“Dentro de lo que es el fútbol también está la vida diaria, y creo que uno como persona madura y aprende viviendo experiencias también fuera”.
Y es que detrás del fútbol hay una persona que tiene que integrarse en un país nuevo y madurar, y eso nunca es un proceso fácil, añade González.
“Siempre es complicado el hecho de ir a un país extranjero, vivir mucho tiempo allí y no conocer a nadie, al final los días se hacen largos”.
Es por eso que cree que mudarse con su novia a Praga ha sido fundamental para tener un apoyo cercano en el día a día. Y reivindica asimismo que no siempre se valora desde fuera el esfuerzo que hacen muchas parejas de futbolistas, que es habitual que deban dejar de lado su estabilidad y mudarse a una ciudad nueva cada vez que su pareja ficha por un club diferente.Por el momento, en Praga vive una nueva experiencia que está siendo interesante y que le permite crecer, rodeado por la atmósfera de una ciudad maravillosa arquitectónicamente, con muchas zonas verdes y donde, como dueño de un perro, le sorprendió que estos animales pudieran entrar en el transporte público y en muchos restaurantes.
“El hecho de que en todos los restaurantes y en todos los sitios, tranvías, transporte público, te dejen ir con el perro es una comodidad y eso en España no lo tenemos y debería ser así. Hay muchos parques, mucha zona verde, eso es bonito. En Praga, enseguida con el transporte público te puedes mover a cualquier sitio y es preciosa de ver”.
El Dukla Praga se enfrenta a un mes difícil, donde deberá disputar la liguilla para evitar el descenso. Pero Pablo González se muestra optimista con el futuro y asegura que el equipo peleará al máximo cada uno de estos partidos, además, confía en que el esfuerzo que realiza en Praga en su día a día tendrá recompensa en su evolución personal y futbolística.