Jan Hus a la sombra del comunismo
Las ideas del mártir Jan Hus, que fue quemado en la hoguera el 6 de julio de 1415, han sido adoptadas y distorsionadas por representantes de varias ideologías. En este programa especial hablaremos sobre la reinterpretación del legado de este reformador religioso checo por los comunistas.
Reformador social en servicio del proletariado medieval o luchador contra la opresión alemana. Con estos y otros atributos parecidos se hablaba de Jan Hus durante el régimen totalitario en Checoslovaquia.
El legado de Jan Hus, quien luchó especialmente por reformas del comportamiento moral de la Iglesia, ha obtenido distintas interpretaciones a lo largo de la historia. Los comunistas incluso utilizaron su figura para difundir su propaganda antirreligiosa.
La primera denominación de Jan Hus como comunista se dio mucho antes de que el régimen totalitario se implementara en Checoslovaquia. En 1889, el aristócrata Karel Schwarzenberg señaló el movimiento husita como “el comunismo del siglo XV”, en ocasión de un debate político sobre la colocación de una placa conmemorativa de Jan Hus en el edificio del Museo Nacional.Muchos oponentes se indignaron por su comentario y finalmente se tomó la decisión de construir un gran monumento a Jan Hus en la Plaza de la Ciudad Vieja de Praga que permanece en este emblemático lugar de la capital checa hasta la actualidad.
De acuerdo con la historiadora Jana Doležalová, la imagen de Jan Hus se modificaba según las necesidades del país.
“Hus vivió un destino dramático. Si no hubiera acabado quemado en la hoguera, tal vez habría sido olvidado. Aunque esta pregunta – ¿qué hubiera pasado?- es una pregunta que los historiadores nunca deberían plantearse. La muerte de Hus causó una radicalización total de la sociedad checa en todas las clases sociales. Cada periodo siguiente buscaba en el legado de Hus algo que le sirviera”.
Luchador por el proletariado
Los comunistas subrayaban en el legado de Jan Hus los aspectos sociales, dejando atrás la dimensión espiritual.
El primer comentario público en este sentido resonó el 5 de julio de 1945 en el discurso del Alcalde Mayor de Praga, Václav Vacek, quien describió a Jan Hus como luchador por los ideales de la verdad, la democracia y la reforma social.
Por su parte, a los husitas, los seguidores de Hus, los presentó como representantes del proletariado medieval que luchaban contra la represión alemana y por un nuevo orden social.Jana Doležalová afirma que para los comunistas no era difícil encontrar en el legado de Hus las ideas que convinieran a su propaganda.
“La dimensión social en la enseñanza y en la obra de Hus estaba presente. Durante el comunismo, se destacaba esta dimensión para ocultar otros aspectos de la obra de Hus. Creo que si Hus pudiera ver lo que quedó de su legado, el aspecto de la igualdad social y justicia, se asustaría. Él criticaba a los clérigos y a los burgueses por su vida inmoral. No quería que la Iglesia se rodeara con cosas costosas y deseaba que dejara de acumular propiedades”.
Los comunistas crearon una imagen de Hus como un predicador errabundo, quitando peso a la realidad de que él era, sobre todo, un sacerdote católico que se esforzaba en conseguir una reforma eclesiástica.
Inspirado en las ideas del protestante británico John Wyclif, Hus insistió en la necesidad de la reforma eclesiástica. Exigía a la Iglesia que cumpliera con su misión católica y desistiera de los bienes acumulados, y ante todo de la venta de indulgencias.
En su obra más conocida, “De Eclessia”, advierte a los creyentes que la cabeza de la Iglesia es Jesucristo y que no hay que obedecer al Papa si sus órdenes contradicen la Biblia.Los adversarios de Hus presentaron en 1412 una queja ante el Papa Juan XXIII quien lanzó un interdicto sobre la capital checa, que acabó con las misas mientras Jan Hus se hallara en la ciudad.
Dos años después, se inició en la ciudad de Constanza, en la actual Alemania, un concilio ecuménico de la Iglesia Católica. El emperador romano-germánico Segismundo, hermano del rey checo Venceslao IV, insistió en que Hus se presentara en el evento.
El predicador partió hacia Constanza, con el fin de defender su doctrina. No tuvo la oportunidad. Al llegar a la ciudad, fue detenido inmediatamente y acusado de herejía. El 6 de julio de 1415 se llevó a cabo la sentencia y Jan Hus fue quemado en la hoguera acusado de hereje.
La distorsión llega a través de las pantallas de cine
Un momento clave para fortalecer la percepción del legado de Hus como un reformador social llegó en 1954 a través de las pantallas de cine con la película 'Jan Hus' del director checo Otakar Vávra.El director llevaba mucho tiempo deseando rodar una película sobre este personaje histórico. Finalmente, obtuvo luz verde después de los cambios políticos que llegaron en febrero 1948 con el Golpe de Praga y la llegada de los comunistas al poder.
El historiador de la cinematografía checa, Ivan Klimeš, explica que más que un proyecto artístico se trataba de un encargo político.
“El movimiento husita representaba un punto clave de la propaganda comunista. Interpretaban esta historia como el inicio de la revolución iniciada por sus antepasados. Todo lo que la sociedad percibía positivamente en la figura de Hus, lo adoptaron como suyo”.
Finalmente, la imagen distorsionada de Jan Hus encontró su lugar en la sociedad checoslovaca. El especialista en temas religiosos Martin Chadima relató para la Radiodifusión Checa sus recuerdos de una curiosa interpretación del legado de Hus que escuchó como niño en el colegio.
“La maestra nos dijo que Hus era un reformador social y el primer comunista medieval. Lo denominó como compañero. Añadió una información curiosa, diciendo que Hus seguía la enseñanza del compañero judío Jesús de Nazaret. Hus tenía un poco de todo. Era sensible, predicaba para la gente pobre, les perdonaba pagos por funerales en caso de que les faltaran recursos. Era un intelectual bien orientado en la escolástica. Era una persona que corresponde con el ideal de un nacionalista checo, ya que tuvo que luchar contra los alemanes en la universidad. Aunque él mismo decía que era mejor un hermano alemán bueno, que un checo malo”.Tras la caída del régimen comunista, la distorsionada imagen de Jan Hus empezó a adquirir atributos reales. En la actualidad, porta más sus ideas la parte católica de la sociedad que la evangélica, apunta la historiadora Jana Doležalová.
“Tal vez se deba al hecho de que el Papa Juan Pablo II en 1999 reconcilió a la parte intelectual de la sociedad expresando su compasión por la muerte trágica de Jan Hus. Además, señaló a Hus como reformador eclesiástico, es decir, ya no era percibido como hereje. Creo que Hus debería acercar a la sociedad, no separarla”.