Develado en Praga monumento al ex presidente Edvard Benes
El primer ministro checo, Jirí Paroubek, develó este lunes en Praga un monumento al segundo presidente checoslovaco, Edvard Benes. El acto tuvo lugar sesenta años después de que Benes, finalizada la Segunda Guerra Mundial, regresara del exilio en Londres a Praga.
El historiador checo, Pavel Zácek, sostiene que aquellos acontecimientos fueron trágicos para la carrera política de Benes, pero que, a pesar de las polémicas que pueda haber sobre el tema y el papel de Edvard Benes, el ex presidente trató siempre de escoger el camino menos doloroso para el país.
"El Dictado de Munich fue uno de los acontecimientos clave de la historia checoslovaca, y los sucesos que le siguieron derivaron de él. Además, sería simplificar la Historia si responsabilizáramos por la anexión de los territorios checoslovacos en base al dictado de Munich sólo a una persona, o sea al presidente Benes."
Con Edvard Benes se vincula igualmente la expulsión de los alemanes sudetes de las zonas fronterizas de Checoslovaquia después de la Segunda Guerra Mundial. Por eso mismo, los alemanes sudetes critican ahora la instalación de la estatua de Benes en Praga, calificándola de provocación contra Alemania y Austria.El historiador checo Pavel Zácek recordó que la expulsión de los sudetoalemanes hay que concebirla como una consecuencia o reacción del Estado Checoslovaco a los horrores cometidos por los nazis en aquel país durante la Segunda Guerra Mundial.
La estatua del segundo presidente de la Checoslovaquia independiente, Edvard Benes, fue situada en la Plaza del Loreto frente a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores checo y cerca del Castillo de Praga, puesto que en el período entre las dos guerras mundiales Benes fue ministro checo del Exterior.