Ser diferente enriquece, pero desde una perspectiva de igualdad

El 60 por ciento de los alumnos gitanos en las escuelas checas no habla la lengua romaní. Muy pocos saben que el pueblo gitano tiene su propia bandera e himno nacional. Pedro Aguilera, director de la Fundación Secretariado General Gitano, de Barcelona, España, ayuda a despertar en los niños checos el interés por la cultura gitana.

Pedro Aguilera no está en la República Checa por primera vez. En años anteriores transmitió sus experiencias a los alumnos en la región de Hradec Králové, Bohemia Oriental, y en Moravia del Norte. Este otoño ha visitado la región de Pilsen, en Bohemia Occidental.

"A través del programa que el Centro de Análisis Políticos de la República Checa desarrolla, llamado ´Roma en Europa - Gitanos en Europa´, me invitaron a venir para compartir con niños y niñas checos la posibilidad de explicar cómo vivimos y cómo los gitanos en España desarrollamos nuestras actividades".

El ingreso de España en la Unión Europea, en 1986, dio luz verde a todo tipo de proyectos para mejorar la situación de los gitanos en la Península Ibérica. La Unión Europea es un buen punto de partida también para la República Checa, opinó Pedro Aguilera.

"En todos los ámbitos de actuación, no sólo en educación. También en vivienda, en empleo, en acceso a los servicios que el Estado debe ofrecer, desde la incorporación de la igualdad. Es decir, una persona primero es ciudadano, y después es miembro de una minoría étnica. Como miembro de una minoría étnica debe de respetar ciertos derechos y ciertas obligaciones, pero el hecho de ser ciudadano le convierte en un igual. Por lo tanto, lo que más enseñamos es el que ser diferente enriquece, pero desde una perspectiva de igualdad".

Según explicó Pedro Aguilera, el primer cambio que aportó la adhesión a la UE fue la creación de políticas públicas destinadas a la comunidad gitana.

"Cuando estableces una política pública, no debes de darle lo mismo a todo el mundo porque sigues manteniendo las diferencias. Lo que debes es compensar a aquellas personas que tienen más dificultades para acceder a los servicios".

Hay que conocer las culturas para poder después opinar sobre ellas, no opinar desde la ignorancia. Este es el mensaje principal que Pedro Aguilera quiso llevar a los niños de la República Checa, y que sigue siendo válido en cualquier país del mundo.

"Es necesario que rompamos barreras, muros que además, muchas veces, sobre todo los niños, ni siquiera saben por qué existen, porque son muros que han creado sus mayores. Si tú le dices a un niño romaní que no vale para estudiar cuando tiene tres años, le dices que debe ir a una escuela diferente, que lo mejor es que estudie una formación profesional porque no va a ir a la universidad, estás haciendo el proyecto del curriculum futuro. Seguramente, ese niño acabará sin ir. Ahora, si le das la vuelta a la tortilla y promueves que ese niño tenga que acudir a la escuela, trabajas con la familia para enseñarle la importancia de ir a la escuela, no sólo al niño, sino a la familia entera como hemos hecho en España, puede ser que los resultados mejoren".