Praga es una ciudad mágica
Liliana Fraguas, de Zaragoza, España, llegó a Praga en días pasados. Actualmente hace prácticas en la Embajada de España en la República Checa. Según afirma, se siente contenta en Praga que la parece una ciudad muy pintoresca. Lo que especialmente le agrada es la rica vida cultural de la capital checa.
"Lo que más me impresionó al llegar a Praga fue el río, el Puente de Carlos, el Castillo de Praga....."
¿Entonces, le impresionó la arquitectura de la ciudad?
"Sí, es muy diferente de la de España y de la ciudad donde vivo yo. En mi país las casas son más cuadradas, los tejados no son triangulares. La arquitectura checa es bastante diferente".
¿Encuentra mucha diferencia entre el modo de vivir en la República Checa y en España?
"No. Quizás la diferencia más notable en comparación con mi ciudad es que aquí hay metro y tranvía, de manera que la vida en Praga es más acelerada. Pero básicamente, la vida aquí y allá es muy parecida".
¿Hay algo que le sorprendió?
"El clima. No sé si porque esperaba que al ser verano en la República Checa habría mucho calor. De manera que vine con la ropa de verano y, por supuesto, sin paraguas, lo que fue una de las primeras cosas que me compré al venir. En este país llueve mucho. Por ejemplo, esta mañana salí de casa y hacía mucho sol, pero por la tarde el tiempo cambió. Estos cambios de temperatura es algo que me ha sorprendido. Aquí el clima es un poco raro".
¿Qué es para usted lo más difícil?
"Quizás que vivo sola, aunque con mi novio. Estar fuera de la casa y sin mi familia es para mí lo más difícil. Extraño a mis amigos, así como los bares y los lugares de siempre..."
¿Hay algo que extraña?
"La gente aquí es más silenciosa que en mi país. En el tranvía y en el metro la gente no habla. En España, a diferencia, toda la gente habla y se comunica entre sí. Además, en los bares, en las calles, por la televisión la gente habla un idioma que no entiendo por el momento. También supongo que dentro de un par de días o semanas comenzaré a extrañar los típicos platos españoles".
¿Opina que existe mucha diferencia entre la cocina checa y española?
"Bastante. Cuando voy a un restaurante siempre intento pedir algo que conozco como, por ejemplo, spagetti. Pero algunas veces pedí platos desconocidos y la verdad es que la comida que me trajeron me sorprendió".
¿Qué es lo que destacaría de la República Checa?
"Hay muchos conciertos, muchas exposiciones. No es que no hayan en España. Quizás aquí me fijo más porque aquí me encuentro en un sitio nuevo y trato de no perderme ningún acontecimiento cultural importante. Pero la verdad es que aquí hay una vida cultural muy rica y agitada".
¿Qué opina sobre los checos?
"Tenía una idea distinta de los checos, porque hace dos años estuve de viaje de fin de curso aquí, junto con unas diez chicas. Y no sé porqué, tal vez porque nos veían muy turistas, la gente se comportó con nosotras de manera un tanto reservada. Aquella vez, no es que nos trataran mal, pero tampoco se desvivían mucho. Actualmente llevo poco tiempo, pero noto que le gente trata de ayudarme en una medida mucho mayor. Es para mí una grata sorpresa porque esta vez la gente me trata mucho mejor".