Ciencia
En esta edición les ofreceremos los siguientes temas: El legendario avión de fumigación checo Cmelák-Abejorro- celebra su 40 cumpleaños ... y ... Una plancha eléctrica con dramática historia.
Avión de fumigación checo Cmelák celebra el 40 aniversario
El popular avión de fumigación checo Cmelák- Abejorro en español- despegó hace 40 años dando inicio a la producción checa de aviones agrícolas especiales.
Cmelák fue diseñado como avión especial de fumigación de cultivos agrícolas. En esa época no había en Europa un avión que pudiera competir con el Abejorro checo. Los aviones utilizados en los demás países europeos eran sólo aparatos adaptados para operar en la agricultura y no podían igualarse al Abejorro.
En las empresas aeronáuticas de Kunovice y Otrokovice, en Moravia, fueron fabricados desde 1963, 740 Abejorros. Por este avión de fumigación se interesaban también clientes de Occidente, pero por motivos políticos la dirección comunista autorizaba solamente las ventas al Este y al Tercer Mundo. Los Abejorros fueron adquiridos por India, Irak, Hungría, Yugoslavia, Bulgaria y otros países del Este.
Pilotar un Cmelák fue para muchos pilotos el inicio de una brillante carrera ya que pudieron aprender perfectamente su oficio. La fumigación suponía volar con el Abejorro a ras del suelo, a una altura de entre los tres y los quince metros, hazaña digna de un piloto acrobático. El piloto realizaba con su Abejorro diariamente decenas de despegues y aterrizajes, permaneciendo en el aire siete horas.
Con un cargamento de seis toneladas, el Abejorro era capaz de levantar el vuelo desde una pista de despegue muy corta. Podía aterrizar en un prado, en un rastrojo o en un campo de fútbol.
El Abejorro ya no se fabrica, pero sus ex pilotos recuerdan con nostalgia ese legendario avión de fumigación.
Una plancha eléctrica con dramática historia
Reuniones clandestinas de técnicos que discutían con el máximo sigilo sus planes secretos. Los iniciados sabían que la realización de esos proyectos suponía arriesgarse a caer en prisión o perder la vida.
En circunstancias tan dramáticas como esa empezó hace 60 años, en 1943, la producción de electrodomésticos en la empresa que es hoy en día el mayor fabricante checo: ETA Hlinsko. Ello ocurrió en una situación histórica muy sombría.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la industria checa estaba controlada por los ocupantes nazis que impusieron a muchas empresas la producción bélica. También a la antercesora de la actual ETA Hlinsko. Sin embargo, los técnicos checos se preparaban para el fin de la contienda bélica.
Diseñaron en secreto novedosos electrodomésticos e iniciaron su producción clandestina. El primer producto fue la plancha eléctrica, fabricada en 1943, que llevaba la marca ESA. El dueño de la fábrica Jan Prosvic asentó de esta manera las bases del desarrollo de la empresa en la posguerra.
En sus sesenta años de existencia, ETA Hlinsko fabricó y comercializó 110 millones de electrodomésticos. El lugar más destacado corresponde en el balance a las planchas eléctricas: la empresa de Hlinsko fabricó 28 millones de unidades. Pero, ¿a quién se le ocurre ahora que la antecesora de las planchas actuales fue diseñada en los lejanos años 40 en condiciones de clandestinidad?