Al fin del mundo, a Hrcava
¿Desean descansar del ruido de las ciudades y buscarse un sitio tranquilo para meditar en medio de la naturaleza respirando aire fresco en estos calurosos días de verano? Les llevaremos al fin de la República Checa, a un lugar "donde da la vuelta el viento", podría decirse. Rodeado de majestuosos bosques de hayas y pinos, encerrado entre cimas de la sierra de Beskydy, se encuentra el destino de nuestro radioviaje - Hrcava, el pueblo más oriental de la República Checa.
"Ay, en Hrcava se está bien", nos cantaron los más pequeños habitantes de este pueblo que podría denominarse también "el pueblo del sol naciente de la República Checa". El sol sale aquí 17 minutos y 48 segundos antes que en la capital Praga.
Al colocarse en un lugar elevado en el centro del pueblo pueden distinguir en el horizonte dos poblaciones - son los vecinos más cercanos de Hrcava, el pueblo Cierna, en Eslovaquia, y Jaworzynka, en Polonia. El pueblo checo más cercano se llama Bukovec y se encuentra a unos cuatro kilómetros de distancia de Hrcava.
Cuatro kilómetros por vía aérea, unos cinco kilómetros si deciden caminar, y queriendo ir desde Hrcava a Bukovec en coche tendrían que recorrer 27 kilómetros por falta de una comunicación moderna directa entre las dos poblaciones. La carretera que desde 1965 une Hrcava con el resto del mundo sale de la localidad de Mosty u Jablunkova, situada a aproximadamente doce kilómetros de distancia. Unos nueve kilómetros de este camino pasan por un denso bosque.
En el invierno de hace dos años las masas de nieve mantuvieron Hrcava aislado durante dos días. El alcalde del pueblo, Josef Szkandera, lo vivió en carne propia.
"Yo trabajo en la empresa metalúrgica en la ciudad de Trinec. Después de terminar la jornada el autobús nos llevó a Mosty u Jablunkova, y de allí tuvimos que caminar, 12 kilómetros subiendo a pie por la carretera en medio de una ventisca, sufriendo frío, para llegar a casa donde nos esperaban nuestras familias", cuenta Josef Szkandera.
Los habitantes de Hrcava nunca han vivido sobre un lecho de rosas. En el pasado el pueblo formaba parte de la población polaca de Jaworzynka. Transcurrieron seis años desde que en 1918 surgió la Checoslovaquia independiente, y la gente de Hrcava expresaba cada vez más fuerte su deseo de incorporarse a la joven república, cuenta el alcalde Josef Szkandera.
"A los polacos no les gustaba entonces mucho. Enviaban a Hrcava grupos armados que amenazaban de muerte a los ciudadanos en caso de que se adhieran a Checoslovaquia, pero gracias a Dios nadie fue matado".
En 1927 Hrcava obtuvo el estatuto de pueblo independiente. Sus ciudadanos gozaban de priviliegios extraordinarios - no tenían que pagar ni impuestos ni cumplir el servicio militar obligatorio.
Iniciamos nuestro paseo por Hrcava en la iglesia de San Cirilo y Metodio. En la República Checa se han conservado hasta hoy día unas veinte iglesias de madera, la de Hrcava es la más joven de ellas. Fue bendecida el 5 de julio de 1936, el día en que se conmemora la llegada de los predicadores eslavos Cirilo y Metodio a Moravia. La misa solemne fue pronunciada en checo, eslovaco y polaco.En la iglesia se encuentra una insólita fuente bautismal tallada de un solo trozo de madera por el tallista sordomudo, Ondrej Zogata, oriundo de Hrcava. El Ministerio de Educación donó a la iglesia la vajilla de misa. El mismo juego de misa, sin embargo hecho de oro, fue dedicado al mausoleo del pedagogo checo Juan Amos Comenio en la ciudad holandesa de Naarden.
La torre de la iglesia de Hrcava alcanza 16 metros de altura, siendo así la construcción más alta del pueblo. Tres veces al día suenan por las colinas del contorno lejano los tonos de la campana de la iglesia, fabricada de hierro fundido y acero. La campana original de bronce fue confiscada durante la Segunda Guerra Mundial para usos militares.
Nuestros pasos siguientes se dirigen al próximo bosque, a la cueva de Lourdes con la estatuilla de Nuestra Señora de Lourdes. Es un altar de piedra en forma de media bóveda, de 6,6 metros de anchura, 4,35 metros de altura y 3,2 metros de profundidad.Delante del altar sale de la tierra una fuente cuyas aguas deben tener el poder de curar la vista, nos explicó el alcalde Josef Szkandera.
"Pero como pueden ver, yo bebí mucho de esa agua y sigo llevando gafas. Sin embargo, nuestros antepasados cuentan que a la cueva venía una señora de Eslovaquia con su hijo o nieto que era ciego, y éste después de cierto tiempo recuperó la vista".
La crónica del pueblo indica que el agua es radioactiva. Si se rocian con ella las plantas de sus pies, les está garantizado que volverán a Hrcava.
De la cueva de Lourdes continuaremos a la colina llamada Sance, nombre que podríamos traducir al español como "Oportunidad". Allá se encontraba en los tiempos remotos una pequeña fortificación que vigilaba la región contra un eventual ataque de Hungría - "sance" - "oportunidad" que los turcos no pasarán. Las casas de los guardianes se convirtieron luego probablemente en núcleo del futuro pueblo de Hrcava.
¿No les duelen ya las piernas? Pues, nada más que descansar un poquito. Lo mejor sería en una taberna tomando una buena cervecita. Aunque Hrcava es un pueblo pequeño que tiene apenas 280 habitantes, cuenta con cuatro tabernas, nos reveló Ivana Robenková, directora de la escuela local. Así que a cada setenta personas, incluyendo niños, les corresponde una taberna.
"El turista puede probar allí el plato tradicional local, que son tortillas de patata con chicharrones. Hay que acompañarlos, claro, con cerveza. A la oferta están cinco marcas de la bebida dorada - Pilsen, Radegast, Budvar, la cerveza negra Novopatské, a también la cerveza eslovaca Zlatý Bazant", nos informó le señora Robenková.Después de refrescarse pueden visitar el lugar donde se juntan los tres países: la República Checa, Polonia y Eslovaquia. Este cruce se encuentra al fondo del cauce de un arroyo de unos 8 metros de profundidad. Forma el centro de un triángulo en cuyas puntas están colocados tres monolitos de granito que llevan los nombres de los tres estados respectivos.
O si prefieren acuéstense en la hierba en un prado cercano, cierren los ojos y déjense sosegar al canto de los grillos por este pueblo perdido en el extremo nororiental de la República Checa.
Quizá esa calma ya no perdure por mucho tiempo. Es que mientras que en la mayoría de los países europeos, y la República Checa no es una excepción, prevalece la población femenina, en Hrcava es al revés - hace años que viven en Hrcava más hombres que mujeres.
Hasta el momento Hrcava no ha sido inundada por muchedumbres de mujeres deseosas de casarse. ¿Pero quién sabe?