Milada Subrtová, la María Callas checa
La cantante Milada Subrtová se inscribió con letras de oro en la historia de la ópera checa y por la riqueza de su repertorio puede ser comparada a María Callas. Su espléndida voz está dotada de una intensa carga emocional. En el Teatro Nacional de Praga a cuyo elenco se incorporó en 1948, la cantante interpretó unos 80 papeles.
Parece increíble, pero la espléndida soprano Milada Subrtová no frecuentó ni un conservatorio ni una Academia de Bellas Artes. Se abrió el camino a la ópera por sí misma, y sin haber actuado en elencos pequeños, deslumbró al público de la Ópera capitalina.
Milada Subrtová, miembro del elenco operístico del Teatro Nacional desde 1948 hasta 1991, interpretó en esa casa teatral prácticamente todos los papeles de soprano de las óperas de Smetana. Fue también una magnífica Libuse.
Curiosamente, la futura diva operística asistió por primera vez a una ópera- La Novia Vendida, de Federico Smetana- a la edad de 16 años ya que antes le gustaba sólo la música ligera.
Milada Subrtová nació en 1924 en el pueblo de Lhota, en el distrito de Pilsen. Su madre la habría inscrito en el conservatorio, pero el padre se opuso alegando que quería tener de su hija una decente oficinista y no una aventurera.
Y así Milada Subrtová cursó una escuela comercial como quiso su papá, pero no dejó de cantar. A los 16 años al asistir por casualidad a la representación de la ópera La Novia Vendida la joven se dijo: ¿Y si yo lo probara? Es que, como relataría después, cuando joven le gustaba imitar todo lo que escuchaba.
Un amigo llevó a Milada Subrtová a la clase de canto del profesor Zdenko Knittl, tenor del Teatro Nacional. Tras escucharla, el pedagogo dijo que le daría clases aunque fuese gratuitamente ya que sería un pecado no estimular un talento tan brillante.
Milada Subrtová estudió con el profesor Knittl canciones de compositores románticos y también el papel de Lidunka de la ópera de Vilém Blodek, "En el pozo". A los 22 años, tras estudiar las óperas "La Novia Vendida" y "El Beso", de Federico Smetana, y "Rusalka", de Antonín Dvorák, Milada Subrtová estaba apta, en la opinión del proferor Knittl, para solicitar contrato en un elenco operístico.
Según el profesor Kinittl lo mejor sería intentarlo en la Ópera del Cinco de Mayo, recién fundada en Praga y dirigida por el compositor Alois Hába. Milada Subrtová interpretó seis arias y en 1946 fue contratada por esa casa teatral.
Su primer papel fue el de Giullietta, en "Los Cuentos de Hoffmann", de Jacques Offenbach. Y cuando se fusionó el Teatro del Cinco de Mayo con el Teatro Nacional, Milada Subrtová pasó a formar parte de su elenco operístico.
Su papel más célebre en el Teatro Nacional fue el de Rusalka- Ondina- en la homónima ópera de Antonín Dvorák. En el papel de Rusalka, Milada Subrtová fue aplaudida por el público de Berlín, Wiesbaden, Boloña, Venecia, Edinburgo y Moscú.
La amplitud del repertorio de Milada Subrtová fue extraordinaria. La cantante interpretó desde arias para soprano de coloratura hasta papeles impregnados de intenso dramatismo, como el de Turandot, de Puccini y el de Lisa, de la ópera La Dama de Picas, de Piotr Ilich Tchaikovski.