La mayor colección del mundo de perros disecados está en Bítov
Esta vez visitaremos el castillo de Bítov uno de los mayores y más antiguos de Moravia. Entre las curiosidad que podemos encontrar sobresale la mayor colección del mundo de perros disecados.
Bítov se sitúa en un peñón de roca abrazado por el río Zeletavka cerca de su confluencia con el río Dyje. Muy cercana se encuentra la represa de Vranov, bajo sus aguas desapareció en los años treinta del siglo pasado el pueblo que rodeaba el castillo Bítov.
El peñón es un punto fijo desde donde que se pueden controlar lsd regiones circundantes, los hombres la eligieron para asentarse ya en Neolítico y continuó poblado hasta la historia reciente. El propio castillo tiene casi mil años. Por primera vez se menciona en un documento eclesiástico del año 1046.
El castillo fue el principal centro der actividades de una de las seis comarcas moravas y tradicional sede de los gobernantes. Después de la extinción de la dinastía de los Premislitas en 1307, el nuevo rey Enrique de Carintia lo regaló a la familia noble checa de Lichtenburk que se administró el castillo durante doscientos años.
Los Lichtenburk modernizaron el castillo, adquirió el estilo gótico con típicas torres y un palacio mayor. Su sede crecía al ritmo de las guerras en los siglos XIV y XV, y poco a poco se convirtió en una fortaleza militar.
Para proteger el castillo se construyeron cerca de él otros dos: Cornstejn y Frejstejn y en 1556 Bítov se consideraba el castillo mejor protegido en la zona fronteriza checa.Con el avance de la tecnología militar el castillo empezó a perder su valor estratégico. El último miembro de la familia Lichtenburk, Ludmila vendió el castillo a Fridrich Jankovský de Vlasim, en el año 1572
Jankovský cambia notablemente el aspecto del castillo. Construyó una fábrica de cerveza y amplió la iglesia. La familia de Jankovský dejó en Bítov una colección de armas, que muchos de ellos usaron en realidad.
Durante la Guerra de los Treinta Años, en el siglo XVII, Bítov no fue incluido en la lista de castillos perspectivos y gracias a ello se salvó de ser arrasado.
En 1775, heredó el castillo la familia Daun que lo poseyó hasta el año 1904. Su nuevo propietario, Maxmilián Frantisek conde de Daun se dedicó a la intensiva administración de sus bienes. Como uno de los inventos que introdujo cabe citar un acueducto que funciona hasta hoy.
Entre los años 1811-1863 el castillo fue reconstruido en estilo neogótico, principalmente los interiores del palacio. Destacan pinturas románticas del pintor austríaco A. Schüller que en más de veinte habitaciones evocan el aspecto idealizado de la residencia de los caballeros de la Edad Media.
Recientemente se instaló en los interiores un sistema de iluminación nos lo explica el administrador de Bítov, Jirí Kubena.
"Lo más atractivo e interesante de los interiores es que en ellos se instaló un moderno sistema de iluminación romántico adaptado a los tonos y colores de la naturaleza circundante, lo que representa algo único y espectacular."
Las pinturas de las paredes hacen juego con los muebles neogóticos y los cuadros de pintores románticos alemanes y austríacos. Al tiempo en que los alrededores se transformaron en un amplio parque y a ambos lados del camino que conduce al castillo fue plantada una alameda de tilos.
En la planta baja del castillo fue construida una sala que se utilizaba para celebrar fiestas en el jardín. La sala terrana de Bítov es muy específica, nos los explica el administrador Jirí Kubena:
"Esta sala es atípica porque no se puede de una sala, sino que de cinco, comunicadas entre sí con una solución arquitectzónica única. Al igual que el resto de los interiores del castillo se encuentra decorada con pinturas de Schüller que le imponen un profundo carácter plástico."
Después de la muerte del último Daun, Bítov paso rápidamente de un dueño a otro, hasta que en 1912 lo compra el barón Haas de Haasenfeld, el propietario de fábrica de porcelana en Karlovy Vary.
En 1914 lo hereda su hijo Jirí, el personaje más conocido y más curioso de todos los propietarios en casi mil años de la historia del castillo.
Él ilustra muy bien el refrán popular: "Cuanto más conozco a los hombres tanto más me gustan los animales". La aristocracia no le trataba bien porque fue de origen judío y su padre adquirió el título de barón gracias a la boda con aristócrata alemana.
El joven barón consagró toda su vida a los animales. Llegó a tener hasta doscientos perros. En el castillo creó un parque zoológico donde vivían animales tanto domésticos como exóticos y fue abierto gratuitamente al público.
El animal preferido de Jirí Haas fue una leona llamada Micimaus a la que crió desde cachorrita. Acompañaba al barón a todo lugar. Comían juntos en una mesa y hasta dormían en una misma cama.
Haas no coleccionaba solamente animales vivos. Hasta hoy se puede ver su colección de animales disecados. El mayor número de piezas de la colección lo representan 51 perros de varias razas, que es la mayor del mundo, en cuanto a perros disecados se refiere. Se dice que algunos de ellos son caricaturas de las persona que no le gustaban al barón.
A la colección de los animales contribuyeron también dos miembros de la familia, Otakar y Vladimír Daun que de sus viajes trajeron animales disecados de casi todos los rincones del mundo. Así en la colección figuran pájaros de América del sur, hoy extinguidos.
Haas no admiraba y amaba solo a los animales. Su gran predilección eran las mujeres. Durante los cuarenta años que vivió en Bítov tenía en los alrededores del castillo más que ochenta amantes y tomaba nota de los regalos que les daba.
Fue un amante generoso y en sus amores pensó también en su testamento. A cada una de ellas le dejó una renta fija. Hasta en los años sesenta del siglo pasado los herederos de Haas mandaban dinero a muchas viejitas de Bítov.
La vida del barón Haas empeoró después de la Segunda Guerra Mundial. El día 11 de mayo de 1945 el Consejo de administración del pueblo de Bítov le ordenó como a todos alemanes, marcharse del país.
El barón no fue capaz de abandonar a sus queridos animales. En vez de marcharse de Bítov prefirió morir. A la una de la madrugada se puso su uniforme, cargó el revólver y se encerró en su despacho para no salir más de él. Fue enterrado en Bítov cerca del amor de su vida - los animales.
En el mismo año el castillo se convirtió en propiedad del estado. Después de la guerra terminó la gloria del parque zoológico al que mucho tiempo recordaba solo la exhibición de los animales disecados. Hoy lentamente resurge la tradición con un pequeño parque zoológico privado.
Las aullidos de los animales se escuchan en el gran jardín del castillo junto con las arpas que se conservaron de la época de la reconstrucción romántica del castillo.