¿Cómo fue trabajar al lado de Václav Havel?
Durante siete años Martin Krafl trabajó en la Oficina Presidencial como portavoz del ex mandatario checo Václav Havel. ¿Cómo fue colaborar con esta gran personalidad?, Martin Krafl se lo relató a Pavla Jedlicková.
Estar al lado de Václav Havel es una inolvidable escuela de la vida, destaca Martin Krafl al referirse a su desempeño en la Oficina Presidencial.
"Václav Havel me sorprendió por su manera abierta de expresarse y por su respeto hacia las opiniones de los jóvenes en su entorno. Muchas veces me inspiraron sus ideas, admirando sus visiones. Siempre ha logrado analizar bien la situación y prevenir el futuro. Además, sus viajes oficiales al extranjero despertaron en mí el orgullo de ser checo y de tener como presidente de la República precisamente a Václav Havel. Es un nombre que abre las puertas".Martin Krafl mantiene las relaciones amistosas con los Havel.
"En primer lugar, coopero con su fundación Visión 97. Pero además, durante la hospitalización del presidente Havel en la ciudad austríaca de Innsbruck en 1998, fui el colaborador más cercano de su esposa Dagmar. Durante los 23 días, en que su marido se hallaba entre la vida y la muerte, estuve a su lado. Por ello la relación que tenemos ahora se basa en una profunda confianza mutua".
Desde el punto de vista laboral, Martin Krafl opina que la tarea más difícil fue para él la preparación de la visita oficial del emperador japonés a la República Checa en julio de 2002. Debido a unas tradiciones culturales y un protocolo diplomático absolutamente diferentes, la preparación le duró ocho meses.
¿Puede compartir con nosotros un momento divertido?
"Me pasó en mayo de 2001 durante la visita del Príncipe de Asturias, Felipe. El Príncipe es un gran deportista y un día de su programa quiso dedicarlo a la bici en el sur de Bohemia. Yo fui encargado de encabezar el grupo acompañante con el fin de mantener a distancia a la prensa sensacionalista. Pero bueno, como no soy un ciclista experimentado, los demás me huyeron y yo llegué a la meta con veinte minutos de retraso. El Príncipe Felipe se rió mucho".
Cabe agregar que incluso le fue peor al portavoz español que confundió el freno y el cambio de velocidades y llegó en ambulancia.