Las catastróficas inundaciones se deben al calentamiento global
Los científicos checos apuntan que las catastróficas inundaciones que han asolado a la República Checa son la consecuencia del calentamiento global y de la incapacidad del paisaje cubierto por una coraza de asfalto de absorber el agua.
En el transcurso del siglo 20 la temperatura media en la Tierra subió seis décimas de Celsio. La profesora Jaroslava Kalvová de la cátedra de Meteorología de la Universidad Carolina de Praga advirtió que también en la República Checa sube últimamente la temperatura media.
Según la científica, la última década fue mucho más calurosa que las tres precedentes. En los años 90 aumentó sorprendentemente en el país el número de días tropicales en los que la temperatura supera los 30 grados centígrados.Los científicos se inclinan hacia la hipótesis de que la causa reside en el efecto de invernadero.Y es que algunos gases funcionan en la atmósfera como los cristales de un invernadero. Los rayos solares pasan por ellos y al llegar a la superficie de la Tierra, la calientan.
Sin embargo, la capa de los gases de invernadero absorbe en gran medida la irradiación térmica de la Tierra, pero después no le permite escapar al espacio cósmico.
A los gases de invernadero que produce la naturaleza se suman los que generan las actividades del hombre, especialmente el dióxido de carbono, producto de la quema de petróleo, carbón y gas natural.
La capa de los gases de invernadero es cada vez más gruesa y la Tierra se calienta cada vez más.Según el profesor Bedrich Moldan que encabeza el Centro para el medio ambiente de la Universidad Carolina, la temperatura más elevada provoca una mayor evaporación del agua y en la atmósfera hay más vapor.Éste, al condensarse, da origen a lluvias más intensas.
Un equipo de científicos checos estudió estos problemas a finales de los noventa y sus conclusiones son las siguientes:
En la República Checa habrá en el futuro más lluvias torrenciales, pero también más sequías ya que la tierra pierde la capacidad de retener el agua. Según el profesor Moldan, es previsible que las actividades del hombre contribuyan a que las inundaciones sean más frecuentes y más devastadoras. Paliar sus consecuencias será la primera prioridad.
Los científicos apuntan que otra de las causas de las inundaciones cada vez más devastadoras en Europa Central es que también en esta región el paisaje pierde la capacidad de retener el agua. Disminuye incesantemente la superficie de bosques y prados, capaces de absorber las precipitaciones, y aumenta la superficie ocupada por carreteras, espacios de estacionamiento y calles asfaltadas.El agua no queda retenida en el lugar donde ha caído sino que se precipita rápidamente a los ríos, engrosando vertiginosamente sus caudales.
Además, la regulación de los ríos y el enderezamiento de los cauces ha contribuído a aumentar la velocidad de las aguas que al desbordarse derrumban casas como si fueran castillos de naipes.
Las inundaciones golpean cada vez más a los checos porque han arrebatado a los ríos los terrenos que éstos solían anegar durante las grandes crecidas del pasado.Los especialistas que investigaron las consecuencias de las catastróficas inundaciones en Moravia, en 1997, descubrieron algo sorprendente:Los mapas del siglo 19 de que disponían mostraban hasta dónde habían llegado las riadas de los ríos desbordados en aquella época. Curiosamente, las áreas afectadas por las inundaciones del siglo 19 coincidían con las azotadas por las riadas en 1997.
Nuestros antepasados sabían escoger mejor el emplazamiento de sus sedes.Durante las catastróficas inundaciones de hace cinco años en Moravia, de las extensas áreas anegadas emergían islotes de tierra seca que precisamente coincidían con los antiguos lugares fortificados del Imperio de la Gran Moravia que floreció en el siglo IX.