El "boom" de la vivienda llega a Praga
Comprar una casa o un apartamento en la República Checa sigue siendo tan difícil como en la era del comunismo profundo, pero ahora por razones muy diferentes.
El régimen comunista impuso una extrañas reglas de juego para una serie de actividades comunes y corrientes de la sociedad. Entonces se decía que todo era de todos, y la propiedad privada prácticamente no existía, hecho que complicaba toda compra y venta oficiales.
Muchos productos de consumo se conseguían, no se compraban, porque como resultaban escasos no era común llegar y comprar. Los productos llamados "de lujo" no se denominaban así por su calidad, sino por su uso, ya que los "camaradas" consideraban que se trataba de productos casi innecesarios para la "dictadura del proletariado". Un televisor a colores o un equipo de sonido valían casi su peso en oro.
apartamento a los que después de muchos años, hubo casos de 15 y más de espera, se les otorgaba el derecho a utilizar el apartamento, que era propiedad del Estado, como todo en el país por esa época. Existía también un sistema de cooperativa, pero ese es el caso al que nos referimos hoy.
Los listados facilitaban la corrupción porque las personas inscritas no avanzaban hacia su objetivo, sino que hacia atrás, porque el que tenía dinero o "amistades" aparecía pronto en los primeros puestos.
Hoy, doce años después de la caída del comunismo, con una República Checa metida de cabeza en la economía de mercado surge un problema similar.
Después de varios años de estancamiento del mercado de la vivienda, la República Checa empieza a vivir un "boom". De acuerdo con el diario Mladá Fronta Dnes todo parece indicar que las personas más adineradas del país han decidido que quieren casa nueva y no en cualquier lugar, pero sí en Praga.
Los expertos coinciden en que un sector de la población en el que prevalecen parejas jóvenes con ingresos altos exigen mejores condiciones para vivir, y a ello debemos agregar una significativa reducción de los intereses bancarios, lo que vuelve el tema más atractivo.
A pesar de haberse registrado un importante aumento en la construcción de viviendas, la demanda es mucho mayor que la oferta. Las empresas constructoras han empezado a crear listados con los nombres de los interesados, como ocurría en el pasado, con la gran diferencia de que ahora no se recibe el derecho a vivir en el inmueble, sino que pasa a ser propiedad del comprador.
Muchas veces no se ha puesto ni la primera piedra, y el total de los apartamentos están comprometidos. Las cosas han llegado a tal punto que el metro cuadrado de construcción en algunos lugares de Praga se cotiza hasta en mil dólares. El "boom" de la construcción lo demuestra el hecho que de enero a marzo ha aumentado en un 35 por ciento.
Muchos de los compradores toman en cuenta que después del ingreso de la República Checa en la Unión Europea aumentará el valor de todas las propiedades y ahora los constructores construyen y mucha gente compra.
No obstante, el mayor problema que afecta a las personas que desean casa nueva es que en la República Checa por el momento se ven beneficiados tan sólo las personas más adineradas, porque no existe una política habitacional con programas efectivos para la clase media y mucho menos para los más necesitados.