El Puente de Judit
En esta ocasión los llevaremos a dar un paseo imaginario por el Puente de Judit, es decir, el primer puente que uniera dos partes de Praga que hasta 1172 estuvieron separadas por el río Vltava: la Cuidad Vieja y el Barrio Pequeño.
Puede sonar un tanto extraño, pero hoy visitaremos un monumento que desapareció hace más de seis siglos y medio: resulta que en 1342 el Puente de Judit fue destruido por fuertes inundaciones. A pesar de los arduos trabajos de reconstrucción a que fuera sometido, el Puente de Judit nunca volvió a ser utilizado, pero en su lugar se construyó más tarde el famoso Puente de Carlos, uno de los monumentos históricos más representativos de la capital checa.
Sin embargo, el Puente de Judit nunca desapareció del todo. Hace aproximadamente dos años se inició la remodelación de una antiquísima vivienda del Barrio Pequeño conocida como la casa del León Azul: esta se encuentra exactamente en uno de los extremos del Puente de Judit.
Aunque los expertos esperaban encontrar restos de aquel monumento, a medida que avanzaban los trabajos no podían creer lo que veían. En una ocasión, al cavar un agujero en el interior de la casona, hallaron prácticamente intacta una parte del puente con su adoquinado y parte de la baranda.
Nunca nadie pensó que hallarían los restos del puente en tan buenas condiciones, ya que desde la Edad Media había estado bajo un conjunto de casas y más tarde fue ubicado ahí un enorme transformador eléctrico. En otras palabras, desde el Medioevo nadie sabía nada de esa magnífica obra arquitectónica.
Aunque los historiadores coinciden en que se trató de la obra arquitectónica más maravillosa del estilo románico praguense, nunca se habló mucho del desaparecido Puente de Judit. Por eso, hasta la fecha muchos se preguntan, qué es lo que realmente se sabe de él.
Veamos. Lleva ese nombre en homenaje a la reina Judit -hija del soberano de las tierras austríacas, Rodolfo de Habsburgo y esposa del rey checo Ladislao II Premislita. Fue este último precisamente quien en la segunda mitad del siglo XII mandó a construir un puente de piedra para unir las dos partes de Praga separadas por el río Vltava: la Cuidad Vieja y el Barrio Pequeño.
En 1158, Ladislao II Premislita fue coronado en la ciudad bávara de Ratisbona, donde presenció con gran asombro la construcción de un nuevo puente de piedra sobre el Danubio. Ello lo inspiraría para levantar un puente similar en Praga, sin embargo, como viajaba mucho le pidió a su esposa -la reina Judit- que coordinara la realización de aquel gran proyecto.
Los trabajos de construcción comenzaron en 1158 y finalizaron en 1172. Se trataba del primer puente de piedra sobre el Vltava, pero desde 1118 existía en el lugar un pequeño puente de madera.
Como el Puente de Judit era uno de los pocos con esas características en toda Europa, las personas solían llamarlo "El Puente Imperial": medía más de medio kilómetro, tenía doce columnas, veintidós arcos, tres torres y superaba en altura al actual Puente de Carlos, que sería edificado mucho más cerca del agua.
El Puente de Judit era un magnífico proyecto arquitectónico, no obstante, a diferencia del de Ratisbona, no resistió. Su derrumbe a causa de las inundaciones de 1342 provocó el asombro de miles de personas. Uno de los cronistas más famosos de la época, Frantisek Prazsky, un día escribió: "Es como si hubiera caído la corona de nuestro Imperio".
Aunque fue reparado, al parecer sirvió sólo como modelo para el nuevo puente, cuya construcción fue impulsada por el emperador Carlos IV, en 1357. Hasta la primera mitad del siglo XX, cada vez que disminuía el cauce del Vltava era posible observar parte del antiguo puente sumergido bajo las aguas del río.
Muchos aseguran que la última vez que se pudieron ver sus restos fue alrededor de 1941. Incluso algunos escritos de la década del 60 señalan que "cuando brilla el sol sobre la superficie del Vltava es posible observar restos del Puente de Judit".
Los hallazgos de hace dos años en la casona del León Azul, permitieron revelar varios secretos con relación al puente. Por un lado, se encontraron dos tipos distintos de adoquines: el primero y más antiguo fue elaborado con piedra arenisca y el segundo de diorita. Al parecer, el segundo se habría utilizado durante los intentos de restaurar el puente tras las inundaciones. Además descubrieron que medía 4,5 metros de ancho.
Otra de las grandes interrogantes que pudo ser respondida con el reciente hallazgo, fue la de por qué al llegar a los extremos del puente se hace repentinamente más estrecho. Resulta que formaba parte de una fortaleza y de esa manera los invasores, al tratar de escapar, quedaban atrapados en una especie de "cuello de botella" que facilitaba su posterior captura.
En la actualidad, el especialista Zdenek Dragoun y un equipo del Instituto de Monumentos Históricos de Praga estudian los restos del Puente de Judit para tratar de encontrar más respuestas a las interrogantes que despierta esa fabulosa obra. Tanto el señor Dragoun como muchos historiadores checos coinciden en que, por la magnitud e importancia de dicho descubrimiento, el Puente de Judit es considerado el hallazgo arqueológico más importante del año 2000... en lo que a monumentos históricos del estilo románico praguense se refiere.